domingo, 8 de junio de 2008

La crisis en la calle / Charo Zarzalejos

Hace un año parecía impensable y hace apenas cuatro meses costaba creer que en las puertas del verano las calles españolas se convirtieran en altavoces de una situación de la que, según el Gobierno, sortea con éxito las grandes cifras y en la denominada ‘fortaleza financiera’ de nuestro país.

Pero las grandes cifras como los edificios señoriales aguantan casi todo. La cuestión está en esos otros números más pequeños, en esas viviendas de edificios señoriales que tienen goteras, chirrían las maderas y la humedad se cuela por las paredes.

Cientos de miles de españoles ocupan viviendas maltrechas de este edificio señorial que son las grandes cifras porque de lo que entienden son de los números que permiten llegar a fin de mes, pagar la hipoteca o llenar el depósito del coche. Algunos de estos ciudadanos ya han salido y van a seguir saliendo a la calle porque trabajar resulta que no les compensa. Son más las pérdidas que las ganancias y el Gobierno y su Presidente, esclavo este ultimo de su discurso, se enfrentan a una situación de muy difícil gestión y a la que no es de aplicación los famosos cuatrocientos euros.

Ni el Gobierno es responsable de todo lo que ocurre ni en su mano está el dar solución a todos los problemas. No caben los milagros, pero sí se puede exigir cuando menos otro discurso. Un discurso en el que los cientos de miles de ciudadanos que están o se intuyen a corto plazo en el paro, los que no llegan a fin de mes, los que para pagar la hipoteca rescinden un escueto seguro de vida se sientan minimamente ‘recordados’ en los discursos oficiales. Es difícil escuchar que 15.000 parados más “no es para tanto”, que esto no es una crisis cuando así lo perciben, porque lo sienten en sus carnes, los propios ciudadanos, y más inquietante todavía comprobar como todas las previsiones del Ejecutivo son superadas, a peor, por la realidad.

El Gobierno no puede hacer milagros, pero sí debe liderar la situación. Sí debe ofrecer realismo y compromisos más allá de los cuatrocientos euros. No vale ofrecer un nuevo ‘plan renove’ y que Solbes diga que no hay dinero para eso. No vale lanzar una rebaja en las tarifas eléctricas como si fuera un hallazgo sin precedentes cuando si se lee la letra pequeña beneficia, de verdad a muy poca gente. Y bien está que así sea, pero que se diga y no que se venda como si fuera una medida ‘estructural’.

No cabe decir que la Oposición no le deje hacer al Gobierno. Ocurre que da la impresión de que el Gobierno puede comenzar a sentirse superado por una realidad con la que no contaba o que no ha querido aceptar. Pero la crisis está aquí. Ha comenzado a salir a la calle. Para que no vaya a más lo mejor será sacarla de las carreteras y de los arcenes y el Gobierno debe, aunque le cueste, aceptar que sus previsiones han sido erróneas y su discurso, el del optimismo, ya está oído.

1 comentario:

  1. Las ventas de ABC se disparan tras la marcha de Zarzalejos

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