martes, 3 de junio de 2008

Nuevo terremoto en el sector bancario / Leeson Sherry

La crisis financiera se ceba en el sector bancario británico. Tras el terremoto causado por Northern rock, la ampliación de capital de Bradford&Bingley ha abierto de nuevo la caja de pandora.

Bien es cierto que su situación no tiene nada que ver con la de su rival del norte, pero lo último que puede hacer un banco es poner en entredicho su credibilidad ante los ahorradores. Este banco ha entregado una participación de control al fondo de capital riesgo TPG y ha anunciado que acudirá al mercado en busca de más liquidez.

Los inversores han acogido la noticia con un castigo del 25 por ciento en un solo día, con lo que este banco ya pierde tres cuartas partes de su valor en lo que va de año. Si esto ya es suficientemente serio hablando de una empresa normal (recuerden lo que ha producido el desplome bursátil de Astroc o Colonial), imaginen el efecto en un banco, que al final se basa en la confianza de la gente que deposita en él sus ahorros.

La certeza de la crisis que atraviesa se ha extendido como la onda expansiva. HBOS se deja también la mitad de su valor en bolsa este año y los expertos ya dejan caer que su única tabla de salvamento es la aparición de un comprador que apacigüe la incertidumbre. Lo mismo que sucede con Alliance&Leicester…

El nombre del Santander aparece siempre como posible comprador de una entidad en apuros que le permita ampliar su presencia en el mercado británico. En la City se da por seguro que el banco cántabro comprará algo… Lo que no está tan claro es cual será el elegido de Emilio Botín.

Todo esto, claro está, en una semana en la que el Banco de Inglaterra mantendrá sus tipos porque la inflación no permite alegrías. Ahora mismo, los expertos esperan dos recortes de los tipos este año: uno en agosto y otro en noviembre o diciembre. Para que se cumplan estas estimaciones, la inflación tendrá que aflojar un poco.

El otro sector que centra la atención es el de las aerolíneas. Hoy presenta sus cuentas Ryanair, que no repetirá los números rojos que han publicado la mayoría de sus rivales, aunque si notará el impacto de los mayores costes en los resultados del último trimestre. Los analistas advierten que la compañía podría anunciar un recorte de su oferta para reducir gastos.

En febrero, sus previsiones eran de aumentar su capacidad un 20 por ciento este año. Ahora, los analistas creen que esta cifra es insostenible y que además puede eliminar alguna ruta no rentable. España puede ser protagonista de parte de estos recortes, especialmente en las llamadas “líneas secundarias”.

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