El crecimiento medio anual del Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) fue del 3,2% en España, frente al 2,2% en el conjunto del área euro, mientras que la aportación de los alimentos a la inflación media anual se situó en 0,8 y 0,2 puntos, respectivamente, lo que se tradujo en un 27% en el caso español y un 10% en la zona euro.
Según la caja de ahorros catalana, la composición de la cesta de consumo de los hogares y la dinámica de los precios de los alimentos explican esta evolución, puesto que en España el peso de este grupo en el conjunto de la cesta es elevado respecto a Europa, tal y como muestra el IPCA de 2007, que recoge un porcentaje del 20,7% en el caso español, frente al 14,3% en la zona euro.
Esta diferencia es más notable todavía en el caso de los alimentos sin elaboración, que tienen un peso del 12,4% en el conjunto del Estado, mientras que en los países del área euro, el porcentaje se reduce al 7,6%. Los alimentos elaborados presentan tasas más cercanas, del 8,3% en España y del 6,7% en Europa.
En el periodo comprendido entre 2003 y 2007, la tasa media anual se situó en el 3,9% y el 1,8%, respectivamente, con comportamientos similares en el caso de los alimentos elaborados y sin elaboración.
Caixa Cataluña subrayó que el encarecimiento de los alimentos a escala mundial --ligado a la creciente demanda de las economías emergentes, factores climatológicos adversos y fabricación de biocombustibles, entre otras causas-- elevó la inflación española más intensamente que las economías de su entorno.
"Sólo la reducción más intensa en 2008 del peso de los alimentos en la cesta de consumo ha permitido limitar el impacto de esta evolución", concluye el estudio de la entidad financiera.
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