Por ahora, muchos economistas creen que la Fed dejará inalterada una tasa clave en su reunión del 5 de agosto, dadas las circunstancias económicas. Elevar las tasas de interés para combatir la inflación seguramente perjudicará la frágil economía y el ya maltrecho mercado de la vivienda. Por otra parte, el banco central no se siente inclinado a bajar las tasas por temor a empeorar la inflación.
Tanto los indicadores del crecimiento como la inflación se agravarán a medida que avance el año, según el informe de la Reserva. Algunos temen incluso que el país se encamine a una combinación de crecimiento anémico y alta inflación como ocurrió en la década de 1970.
Sin embargo, Ben Bernanke, presidente del banco central, ha dicho que no cree que se produzca esa combinación.
La información aportada por los 12 bancos regionales de la Fed sugiere que el "ritmo de la actividad económica se contrajo un tanto desde el último informe" emitido en junio, según el comunicado del organismo federal.
El gasto consumidor _ que mueve dos tercios de la actividad económica estadounidense _ fue "lento o desacelerante" en casi todas las 12 regiones que integran la Reserva Federal, aunque los reintegros fiscales enviados por el gobierno beneficiaron las ventas de algunos artículos, especialmente los electrónicos.
Sin embargo, las ventas en muchos otros comercios, especialmente electrodomésticos, fueron "débiles o en descenso".
El informe indicó que "el panorama de la actividad a nivel detallista fue en general decepcionante. Los pronósticos de ventas fueron considerados "desalentadores" entre los vendedores al por menor en la zona de Dallas representada en la Fed y "apagados" en la de Atlanta.
Mientras tanto, las ventas de automóviles fueron "casi uniformemente débiles" en todas las zonas de la junta. Las ventas fueron especialmente pobres en el ramo de las camionetas deportivas, de gran consumo de gasolina, y algunas furgonetas.
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