jueves, 24 de julio de 2008

Alarma en el Banco de España por los altos intereses que paga la banca para captar depósitos

MADRID.- Cambio de tercio en el Banco de España. El deterioro de la actividad económica y su influencia sobre la solvencia del sistema financiero comienza a inquietar de manera cada vez más relevante en la plaza de Cibeles. Si hasta hace poco tiempo la doctrina oficial era que la crisis pasaría de largo sobre la banca -sin causar males mayores-, los últimos datos han dado la voz de alarma. Cada vez hay más preocupación sobre la cuenta de resultados de bancos y cajas de ahorros, y así se puso de manifiesto en la reunión que celebró el viernes pasado el Consejo de Gobierno del Banco de España, según publica www.cotizalia.com

Lo que preocupa no es solamente de qué forma va contagiar la crisis del ladrillo al sistema financiero, algo que parece obvio dada su elevada exposición al sector inmobiliario (450.000 millones de euros), sino otras cuestiones que afectan directamente a la línea de flotación del negocio bancario. Se cita, en particular, la ralentización del crédito y el aumento de costes derivado de la agresiva estrategia que han diseñado bancos y cajas para captar pasivo con el que capear las restricciones de liquidez.

“Muchas entidades han tirado la casa por la ventana y han ofrecido tipos de interés tan elevados que difícilmente podrán recuperar esa inversión”, aseguran fuentes que conocen los detalles de la reunión. Y es que, como reconoce el último Informe Económico-Financiero de la AEB -la patronal de la banca privada-, el tipo sintético de las operaciones de pasivo aplicado a los depósitos ha aumentado cerca de 100 puntos básicos (un punto porcentual). La AEB lo achaca a “la mayor agresividad de las entidades para captar recursos”. Y, desde luego, no le falta razón.

En el año 2007, los depósitos a plazo han crecido de forma vertiginosa a medida que han aumentado los tipos de interés y se ha agudizado la crisis financiera. En el caso de los hogares, el aumento de sus depósitos bancarios ha sido de nada menos que 139.160 millones de euros, mientras que las empresas también han puesto a cubierto su liquidez en una cantidad equivalente a 113.121 millones de euros. Quiere decir estos que los depósitos a plazo -incluyendo bancos y cajas de ahorros- se han incrementado en 252.281 millones de euros en apenas doce meses, lo que pone de manifiesto la intensidad del fenómeno.

Dinero cada vez más caro

Mucho dinero que es cada vez más remunerado. El tipo de interés medio ponderado de los depósitos de los hogares a plazo se situó en mayo en el 4,05%, frente al 3,08% de hace un año. Pero es que en el caso de las empresas el tipo medio se sitúa en el 4,44%, frente al 3,41% de hace un año. En los plazos hasta dos años, la remuneración es incluso mayor, del 4,53%, lo que sin lugar a dudas lastrará la cuenta de resultados de muchas entidades financieras.

Alarma, igualmente, que el negocio estrictamente bancario -prestar dinero- se esté desacelerando de una forma tan intensa, lo cual es todavía más preocupante en un contexto de fuerte crecimiento de la morosidad, algo que ya estaba descontando y que hoy por hoy se considera asumible. No preocupa el hecho de que la tasa de aumento del crédito al sector privado (en términos deflactados) esté creciendo ya a un ritmo del 9,8%, velocidad que se considerable razonable y ajustada al momento económico. Lo que verdaderamente inquieta es que esta ralentización se alargue en el tiempo, dañando lógicamente el negocio típicamente financiero. Y nadie duda de que la economía española no tocará suelo -en el mejor de los casos- antes del próximo verano.

Hay que tener en cuenta que el año pasado bancos y cajas concedieron 145.296 millones de euros en créditos a la vivienda, lejos de los 170.297 millones de euros registrados un año antes. En créditos al consumo y préstamos para otros fines distintos, la cifra total prácticamente se estancó respecto a los datos de un año antes, lo que refleja que la actividad bancaria está al ralentí después de años de frenéticas subidas, sin que puedan obtener recursos adicionales por operaciones ‘atípicas’ (compra-venta de participaciones u operaciones en Bolsa con fines estrictamente especulativos).

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