miércoles, 23 de julio de 2008

Bush deja de oponerse al proyecto de ayuda a la vivienda

WASHINGTON.- El presidente George W. Bush abandonó el miércoles su oposición al proyecto de ley que destinará 3.900 millones de fondos públicos para ayudar a los propietarios de vivienda con apuros económicos.

La Cámara sometió a votación hoy miércoles el proyecto de ley, y podría ser ley para fines de semana.

Conforme al proyecto, el gobierno ayudará con fondos públicos a los propietarios en apuros económicos para que negocien hipotecas con intereses más bajos, y permitirá que las entidades hipotecarias privadas Fannie Mae y Freddie reciban una garantía explícita de ayuda económica por parte del gobierno.

La Casa Blanca y los legisladores de ambos partidos negociaron la subvención _ ayuda federal a los propietarios encarados con un posible embargo hipotecario y 3.900 millones de dólares destinados a las zonas más afectadas por la recesión del sector de la vivienda, ambos objetivos demócratas _ y el deseo republicano de limitar las acciones de Fannie Mae y Freddie Mac al mismo tiempo que garantizan su estabilidad en los mercados financieros.

Bush se había opuesto a la previsión de los 3.900 millones de dólares, por considerarla una subvención a la banca privada, y no a los propietarios en apuros.

El secretario de Tesoro Henry Paulson planteó el miércoles el mismo reparo en una rueda de prensa y consideró un "despilfarro" dicha previsión. Con todo, dijo que el acuerdo calmará los nervios de los inversionistas de todo el mundo y ayudará a superar la crisis de la vivienda en Estados Unidos.

"En un aviso muy importante que enviamos a los inversionistas de todo el mundo", insistió Paulson, además de "iniciar el remonte" de la crisis del ladrillo.

La Cámara de Representantes aprobó finalmente hoy una ley que busca ayudar a 400.000 propietarios de viviendas que enfrentan la ejecución de sus hipotecas, así como evitar que los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac entren en bancarrota.

La votación por 272 sufragios a favor y 152 en contra reflejó las intenciones del Congreso para ayudar a los aquejados deudores, así como dar seguridad a los nerviosos mercados financieros acerca de la salud de los dos pilares del mercado hipotecario.

Horas antes de la votación, el presidente George W. Bush dejó de lado su rechazo a la medida, que ahora tiene posibilidades de aprobación en el Senado y de convertirse en ley en unos días.

La Casa Blanca aceptó a regañadientes la iniciativa que prevé destinar 3.900 millones de dólares en subsidios a los vecindarios afectados por posibles ejecuciones de hipotecas. El gobierno consigue la facultad de ayudar a Fannie Mae y Freddie Mac como parte de la legislación, que también tiene el propósito de controlar a estas firmas hipotecarias.

El gobierno y legisladores de los partidos republicano y demócrata negociaron el proyecto de ley, que satisface varias prioridades de los demócratas.

Entre esos objetivos figuran la entrega de ayuda federal a propietarios de vivienda, la creación de un nuevo fondo permanente y costeable de vivienda financiado por Fannie y Freddie, y la concesión de 3.900 millones de dólares para vecindarios azotados por la crisis hipotecaria.

Los subsidios están destinados a comprar inmuebles y solucionar hipotecas en riesgo de ejecución.

"Esto es el producto de una serie muy significativa de soluciones negociadas", dijo el presidente del Comité de Servicios Financieros de la cámara baja, el representante demócrata Barney Frank.

"Estamos lidiando con las consecuencias de malas decisiones, pasividad y acciones indebidas de funcionarios de años atrás. Obviamente, esto requiere un esfuerzo conjunto".

La Casa Blanca dijo en un comunicado que algunas partes del proyecto "son muy importantes para la estabilidad del mercado de vivienda, el sistema financiero y la economía en general de nuestra nación como para que no sean promulgadas de inmediato".

Bush había objetado las subvenciones a vecindarios por considerar que beneficiarían a banqueros y acreedores en lugar de a los propietarios de vivienda que están en problemas.

La decisión de Bush generó inconformidad en numerosos legisladores republicanos. Dirigentes del Partido Republicano dijeron que el proyecto era un rescate de propietarios de vivienda irresponsables y de prestamistas sin escrúpulos, aunque reconocieron que posiblemente era necesario.

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