jueves, 24 de julio de 2008

El director de la OMC intenta poner fin a la guerra del banano

GINEBRA.- El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, prosigue esta semana su mediación para tratar de poner fin a la guerra del banano, que desde hace décadas opone a países latinoamericanos a Europa y sus ex colonias.

Lamy presentó la semana pasada un proyecto de acuerdo que prevé un recorte de los aranceles impuestos por Europa a la banana importada de América Latina, aunque no consiguió la aprobación de todos los protagonistas del litigio.

La Unión Europea (UE) y Colombia aceptaron la propuesta, pero los demás exportadores latinoamericanos exigen un recorte mayor de los derechos aduaneros.

Según fuentes diplomáticas, Lamy sigue actuando de mediador y el miércoles recibió a los países del grupo ACP (África, Caribe, Pacífico), que se benefician de un acceso libre a los mercados europeos y temen la competencia de la fruta latinoamericana.

Los ACP preparan una contrapropuesta, indicó el embajador de Costa de Marfil, Guy Alain Emmanuel Gauze. "Le hemos pedido a Lamy que mejore su propuesta", agregó el diplomático, que estima posible un acuerdo durante esta semana, "con buena voluntad".

Los ACP reaccionaron en un primer momento con irritación a la propuesta de Lamy y amenazaron con vengarse bloqueando cualquier decisión de la reunión ministerial de la OMC que se realiza esta semana en Ginebra para salvar la Ronda de Doha, lanzada en 2001 para liberalizar el comercio mundial.

"Si es necesario bloquear las negociaciones de Doha, lo haremos", advirtió el embajador de Surinam em Bruselas, Gerhard Otmar Hiwat, que representa a los ACP en el expediente del banano.

En las últimas décadas, el GATT (antecesor de la OMC) y luego la OMC condenaron once veces a los europeos por su régimen de importación discriminatorio. Los derechos de aduana están actualmente a 176 euros por tonelada y Lamy sugirió rebajarlos a 116 euros.

Pero los países latinoamericanos consideran que esa cifra sigue siendo muy elevada y exigen que caiga a 76 euros o a 109 euros con una cuota de importación de 200.000 toneladas, explica el embajador de Honduras ante las instituciones internacionales de Ginebra, Dacio Castillo.

Los latinoamericanos están indignados además por la exigencia de la UE de hacerles suscribir una "cláusula de paz", por la cual se abstendían de entablar nuevos procesos contra Bruselas en paneles de la OMC. "Es como pedirnos firmar un cheque en blanco", afirma Castillo.

América Latina es la principal abastecedora de bananos en el mercado europeo, con 3,5 millones de toneladas vendidas el año pasado, contra 800.000 toneladas vendidas por los ACP y 700.000 por los productores europeos (principalmente de las Antillas francesas y de las Canarias españolas).

Para estos últimos, la propuesta de Lamy "es totalmente favorable a América Latina", denuncia Eric de Lucy, portavoz de la Asociación de Productores Europeos de Banano.

Este gremio denuncia el respaldo de la multinacional estadounidense Chiquita a los productores lationoamericanos y considera que los aranceles no pueden caer por debajo de los 160 euros por tonelada.

El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, afirmó la semana pasada que la propuesta de Lamy era "a tomar o a dejar".

"Si no se la acepta, no podremos ponernos de acuerdo sobre la cuestión de los productos tropicales y no habrá acuerdo de en la Ronda de Doha", advirtió.

Para el ambajador de Costa Rica ante la OMC, Ronald Saborio, esa postura es arriesgada.

"Peter Mandelson llegó desde el primer día y dijo: 'estos son los números, 'a tomar o a dejar'; eso significa no negociar y no negociar es muy peligroso cuando se quiere llegar a acuerdos. Y los latinoamericanos no se van a ir (de Ginebra) con las manos vacías", advirtió.

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