La inflación subyacente, que excluye la volatilidad de precios de la energía y de los alimentos frescos, experimentó una subida mensual de tres décimas en junio y situó el dato interanual en el 2,4%, también por encima de las previsiones del mercado.
Esta fuerte subida de los precios registrada en junio se debe especialmente al repunte del 6,6% de los precios de la energía y del 0,8% de los alimentos, mientras que el conjunto de las materias primas se encarecieron un 1,9% mensual, el mayor repunte desde que el Departamento de Empleo comenzó a recopilar datos en 1956.
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