miércoles, 30 de julio de 2008

La economía china no espera una depresión tras los Juegos Olímpicos

PEKÍN.- China podría romper con una fatalidad histórica constatada desde hace 50 años en los países organizadores de los Juegos Olímpicos y no se vería afectada por una depresión económica tras el evento, estiman los analistas.

"Tengo plena confianza. La economía continuará creciendo rápidamente y de forma sana tras los Juegos", declaró recientemente el economista Fan Gang, consejero del Gobierno chino y director de un instituto de investigación no gubernamental.

Desde la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países organizadores de los Juegos de verano experimentaron una caída en el crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) y en los gastos de inversiones, según estudios, en particular de Morgan Stanley y de Bank of China.

Sobre 11 casos estudiados desde 1956, "sólo Estados Unidos (Atlanta) en 1996 no experimentó una caída tras los Juegos Olímpicos", señala Morgan Stanley, estimando que "la talla del país es importante".

Pero Seúl, Barcelona y Sidney tuvieron un mayor impacto sobre las economías de sus países respectivos que Pekín o Atlanta, señala el banco estadounidense.

Incluso si Pekín ha visto frenado su crecimiento tras haber subido desde 2001 por la preparación de los Juegos Olímpicos, sólo representa un 4 o un 5% de la economía total del país.

"Si las inversiones en las infraestructuras en Pekín cayeran, ello no debería tener un impacto significativo" sobre el país, explicó Fan Gang.

En toda China, los proyectos abundan, ya se trate de desarrollar las infraestructuras, de lanzar una línea ferroviaria de gran velocidad Pekín-Shanghai, de construir presas y centrales nucleares o de reconstruir la provincia du Sichuan (sudoeste), devastada por un terrible seísmo el 12 de mayo.

Por otra parte, algunos analistas señalan que China ha preparado cuidadosamente un evento que quiere que sea un hito, incluido el aspecto financiero: "el gobierno no se ha despegado de su prudencia fiscal y el cuidado que ha tenido en la ejecución (de los proyectos olímpicos) parece haber permitido que todo fuera terminado en los plazos señalados sin que hubiera más costos", estima Standard and Poor's.

Con sus llamamientos a ofertas por las infraestructuras olímpicas, el Gobierno chino ha pensado en su reconversión.

Con ello quiere escapar al síndrome ateniense, ya que la mayoría de las instalaciones olímpicas de la capital griega siguen cerradas cuatro años después, incluso aunque su gestionario, Inmobiliaria Olímpica, afirme haber encontrado comprador para casi todas.

De esta preparación, China debería también salir beneficiada en términos de imagen y notoriedad, siempre útil para promover un turismo en plena expansión y para las exportaciones.

"Los Juegos de Seúl fueron el primer gran paso de Corea del Sur en el mundo internacional. Sirvieron para mostrar que los productos coreanos eran de buena calidad", recuerda Ruud Koning, profesor de economía del deporte en la Universidad de Groningen (Holanda).

Para él, "el mayor impacto económico de los Juegos será abrir China a otros países, mostrar que quiere participar en el mundo".

Estos Juegos podrían además ser unos de los más exitosos de la historia en términos de ingresos, gracias al apoyo de los patrocinadores, encantados con llegar al enorme mercado chino, y también a una demanda local aparentemente sostenida en las entradas.

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