sábado, 26 de julio de 2008

La inversión en construcción caerá en España un 4,8% en 2009

MADRID.- La Comisión Europea (CE) augura un panorama negro para el negocio constructor español a medio plazo. Según las últimas previsiones que manejan desde Bruselas, la inversión en el negocio caerá este año un 0,7% -el Gobierno, sin embargo, eleva ese descenso hasta los dos puntos básicos tras actualizar sus estimaciones-, lastrada por el segmento residencial, en el que el descenso llegará al 5,4%.

Ello ocurrirá después de haber crecido a tasas notables durante los últimos tiempos, para descender un 4,8% en 2009 (aquí el Ministerio de Economía es algo menos pesimista, aunque aún no ha dado una cifra concreta) en la que será la única regresión en toda la eurozona. Aún peor será el comportamiento del negocio de la construcción de vivienda el próximo año, para el que la Comisión estima un descenso del gasto del 14,8%.

Las turbulencias del mercado financiero -que mantiene cerrado a cal y canto el grifo de la financiación-, la evidencia de que el ajuste inmobiliario será más intenso de lo previsto hasta ahora y las malas perspectivas económicas para el país llevan a Bruselas a pensar que en España el dinero huirá de la construcción a pasos agigantados.

Así lo constata un informe de la patronal de las grandes constructoras (Seopan), que destaca que la Comisión da una especial relevancia en sus estimaciones a la «atenuación del consumo y la caída de la demanda de viviendas»en España. La única nota positiva de 2008 la aportará la construcción de todo aquello ajeno a la vivienda, para la que la CE calcula un aumento del gasto del 4,2%.

En términos generales y para el presente ejercicio, la Comisión Europea cree que la inversión en construcción avanzará un 0,9% en la eurozona, lejos del repunte del 3,2% de 2007. Gran parte de culpa de ese retroceso la tendrá España, el único país junto con Irlanda para el que se prevé menos gasto. En el caso irlandés, el desplome esperado es mucho mayor: del 11,8%. Sólo dos caídas, pero en dos naciones con un peso específico dentro del negocio muy alto y que en los últimos años han basado su modelo de crecimiento en el ladrillo, no sólo el dedicado a la vivienda.

Frente al caso de Irlanda y España destacan los incrementos de la inversión previstos para Eslovenia (7,8%), Finlandia (4,4%), Grecia y Luxemburgo, donde se espera un alza del 4%, Chipre (3,8%) o Países Bajos y Austria, con una mejora del 2,3%. Fuera de la zona euro, señala la Comisión, las perspectivas son también positivas. Sobre todo en zonas como Polonia o el Reino Unido, donde se prevén mejoras del 13,3% y del 3,1%, respectivamente.

Las perspectivas de la CE contrastan con el comportamiento de la construcción en España durante los últimos años. Por ejemplo, el gasto productivo en el sector durante 2007 ascendió a 188.000 millones de euros, la cuarta cifra más alta después de las de Alemania (236.000), Reino Unido (224.000) y Francia, con 195.00 millones.

De esos 188.000 millones de euros dedicados al ladrillo en España, algo más de la mitad (98.000 millones) fue a parar a la vivienda, lo que supone un incremento del 3,5% respecto a los datos del 2006.

El informe de la patronal liderada por David Taguas recuerda la importancia del sector para la economía nacional al subrayar que la inversión en construcción respecto al Producto Interior Bruto (PIB) fue el año pasado del 18%, sólo por detrás del 20% de Irlanda. Sólo la dedicada a la vivienda representó un 9,3% del PIB. De todo lo invertido en cualquier tipo de construcción en la Unión Europea el pasado año, el 15% correspondió a España.

Datos que evidencian dos cosas: la importancia del ladrillo en general para la economía nacional y el peligro de que el sector se pare por completo.

El frenazo del mercado de la vivienda parece ya imparable, sea por el miedo o la imposibilidad de los promotores de construir nuevos pisos, sea por la dificultad de los ciudadanos para comprar o su actitud de esperar y ver si los precios caen algo más.

Pero un descenso de la actividad no residencial, de las grandes obras civiles pondría en peligro el crecimiento económico del país.

Por eso Taguas y el resto de líderes del sector reclaman a las administraciones que aceleren las licitaciones públicas en un intento de que las concesiones, los puentes y las carreteras sean la tabla de salvación que compense la crisis de la vivienda.

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