jueves, 24 de julio de 2008

Las negociaciones de la OMC en la cuerda floja

GINEBRA.- Una reunión de siete potencias comerciales concluyó sin cerrar la brecha entre países emergentes e industriales y la negociación de apertura de los mercados está enfrentada a un delicadísimo momento, admitió este jueves en Ginebra la Organización Mundial de Comercio (OMC).

"En algunos puntos las posiciones siguen demasiado distantes (...). Son cuestiones técnica y políticamente complejas", dijo el director general de la OMC, Pascal Lamy, citado por su portavoz Keith Rockwell.

"Hoy más que nunca se necesita que los miembros (de la OMC) hagan gala de su voluntad política para colmar las brechas rápidamente", alertó Lamy.

Y su portavoz definió: "Es un momento muy espinoso, muy delicado".

Según fuentes vinculadas a las negociaciones, en la reunión de los "siete grandes" del comercio mundial hubo algunos avances en el tema agrícola (mayor acceso a los mercados de los países ricos), pero no en el industrial (reducción de aranceles en los países emergentes).

La reunión de los "siete grandes" -Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Japón, India, Brasil, Australia y China- había sido convocada por Lamy para evitar que los siete años de negociaciones de la Ronda de Doha -que se inició en 2001 y debía concluir en 2004- se vayan por la borda.

El cónclave se prolongó hasta la madrugada, sin otro resultado tangible que el de provocar un fuerte malestar en muchas delegaciones que desde el lunes participan en la reunión ministerial de unos 35 países de la OMC, que cuenta con un total de 153 miembros.

"Muchos de los ministros (de la OMC) se han quedado en la sala de espera", lamentó la ministra suiza de Finanzas, Doris Leuthard, que agregó: "Tengo serias dudas sobre la composición de ese pequeño grupo, que no refleja los intereses ni las sensibilidades de muchos países".

Turquía expresó su "frustración". También criticaron el formato del G7 las delegaciones de Argentina, Indonesia, Kenia, Egipto, Taiwán y la Isla Mauricio.

Lamy decidió de todos modos convocar un nuevo G7 para la tarde de este jueves.

El director general "dijo que entendía esa frustración (...) y que no se tomaría ninguna decisión que no sea aprobada por todas las delegaciones", indicó su portavoz.

"Un consenso entre los Siete no es una condición suficiente, pero es una condición previa indispensable a un consenso general", agregó.

Entre los temas de más difícil solución figura el de la apertura de los mercados emergentes a los productos industriales del Norte.

Los países que sienten que más tienen que perder en ese terreno están agrupados en el grupo denominado Nama-11, que entre sus principales mienbros incluye a Argentina, Brasil, Venezuela, Egipto, Sudáfrica, India e Indonesia.

Argentina y Sudáfrica, y muchas veces India, son los principales portavoces de ese núcleo, según participantes en las discusiones.

El texto que sirve de base a las discusiones del expediente industrial fue elaborado por la OMC "sin tomar en cuenta la posición de un grupo importante de países", cuestionó el jefe de negociaciones internacionales del ministerio de Exteriores argentino, Néstor Stancanelli.

"Nosotros rechazamos ese texto y otros países, sin rechazarlo, cuestionaron la fórmula, su flexibilidad o sus elementos. Estamos en esa situación", dijo Stancanelli.

Entre los puntos que quiere modificar el Nama-11 figura una cláusula anti-concentración, exigida por los europeos, que pretende impedir que las ventajas arancelarias de un país sean usadas para proteger de la competencia extranjera a un único sector industrial en su totalidad.

Esa cláusula es "una mala idea", dijo el ministro indio de Comercio, Kamal Nath, que no está dispuesto a dar el brazo a torcer: "Si las negociaciones tienen que fracasar por eso, que así sea", declaró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario