domingo, 20 de julio de 2008

Morales pone a sembrar alimentos a los cocaleros en Bolivia

LA PAZ.- El alza de los precios de los productos alimenticios podría lograr algo que Estados Unidos no consiguió pese a invertir millones de dólares: convencer a los campesinos bolivianos de que reemplacen los sembrados de coca con otros cultivos.

Y el promotor de este cambio no es otro que el propio presidente Evo Morales, líder del poderoso sector cocalero y quien previamente se opuso tajantemente al programa de sustitución de cultivos promovido por Estados Unidos.

La nueva situación alimenticia internacional ha hecho que reconsiderara su posición y le pidiera a los cocaleros que complementen sus cosechas con la siembra de arroz y maíz.

Morales plantea que los cocaleros siembren coca en un "cato" de unos 1.640 metros cuadrados, lo que les genera unos 100 dólares por mes, y reciban préstamos para plantar otros productos.

El sistema del "cato" es considerado por las autoridades estadounidenses como una concesión de validez legal cuestionable a los traficantes de drogas, pero es una parte clave del programa de Morales para combatir la producción de cocaína permitiendo al mismo tiempo el uso tradicional de la coca como estimulante con cualidades curativas.

"No habrá coca cero, pero tampoco libre cultivo de coca", dijo el mandatario a mediados de julio en Sinahota, entre consignas antiestadounidenses ante un millar de campesinos que lo aplaudían con entusiasmo bajo una garúa invernal en el trópico boliviano.

En un descampado colocó la primera piedra y entregó a cocaleros un cheque por el equivalente a 455.000 dólares para construir, "hasta fin de año", una planta de arroz que costará 1,1 millones de dólares, con capacidad para procesar 60 toneladas del grano al día.

En otra localidad vecina entregó otro cheque por un monto cercano para procesar palmito, un cogollo de palmera cotizado en la comida exótica. "Plata no va a faltar", dijo, y prometió incentivos similares para aquellos que cultiven trigo, maíz y soya, en esta región que fuera la mayor zona cocalera del país.

"Estados Unidos exigía a los campesinos que dejasen de plantar coca antes de tener acceso a programas de desarrollo alternativo, sin tener en cuenta que debían alimentar a sus familias. Ahora el cato garantiza un ingreso a los cocaleros y les da la oportunidad de ensayar otros cultivos", expresó Kathryn Ledebur, directora de la Red de Información Andina.

La crisis alimentaria ha golpeado inesperadamente a su gobierno en medio de una dura guerra política con sus adversarios conservadores. El incremento en el precio de los alimentos disparó la inflación al 15,7% en los últimos 12 meses, una de las más altas del continente.

"Una crisis económica sumada a la crisis política podría ser letal para el gobierno", advirtió Miguel Urioste, director de la Fundación Tierra abocada a estudios agrarios. Ya hubo protestas de amas de casa descontentas con el alza en los precios.

En agosto del año pasado el gobierno creó la Emprensa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) con 26 millones de dólares de capital para importar alimentos que escasean. Emapa aumentó sus fondos con donaciones y ahora incentiva la producción.

Hace poco, el mandatario anunció que los cocaleros del Chapare, de los aún es máximo líder, sembrarán 50.000 hectáreas de arroz para el próximo año. El grano triplicó su precio y escasea en los mercados.

"En agosto comenzaremos a 'chaquear' (quemar) el monte para preparar la tierra, en octubre y noviembre estaremos sembrando", dijo Julian Romero un agricultor de 47 años y padre de ocho hijos.

En un reciente informe, la FAO alertó que Bolivia es uno de los cinco países de Latinoamérica y el Caribe --junto Ecuador, Haití, Nicaragua y República Dominicana-- con mayor déficit de alimentos. Inundaciones de principios de año agravaron la situación boliviana.

En su batalla contra la inflación, Morales prohibió la exportación de alimentos pero eso lo ha enfrentado con el poderoso sector empresarial alineado en la oposición. Los empresarios amenazan con un paro productivo en cualquier momento. Para contrarrestar esa amenaza, el gobierno acelera una alianza con pequeños productores.

La estrategia tiene otro trasfondo. Busca compensar una caída en los ingresos de los casi 50.000 cocaleros desde que en el 2005 se limitó la siembra de coca a un cato.

"Un cato de coca rinde lo que rinde una hectárea de palmito, pero el sindicato ha dicho que no se puede sembrar más coca y estamos buscando otros ingresos", dijo Julio Vargas de la Asociación de Productores de Palmito. Este cultivo se elevó de 200 a 500 hectáreas en dos años.

"Antes rechazamos el desarrollo alternativo porque era un pretexto para la intromisión (de Estados Unidos). Pero ahora es diferente, ahora sale de los productores", justificó el secretario general de los sindicatos del Chapare, Julio Salazar.

"Ya no queremos vivir sólo de coca, por eso hemos decidido obligatoriamente sembrar una hectárea de arroz por afiliado", dice Salazar. Los máximos dirigentes cocaleros llegan a las asambleas a bordo de lujos cuatro por cuatro.

Los cultivadores de coca se quejan porque ahora sólo ganan 500 dólares cada tres meses, pero el precio actual 250 dólares por cada paquete de 60 libras es un incentivo para seguir sembrando. "Es insuficiente, por eso hay que compensar", dice Vargas convertido en productor de palmito aunque mantiene su cato de coca.

Un reciente informe de Naciones Unidas dijo que Bolivia registró un incremento del 5% de sus cultivos de coca (28.900 hectáreas) contra 4% de Perú y 27% de Colombia. "No es mucho", dijo el viceministro de la Coca, Gerónimo Meneces.

Los campesinos que reducen sus cocales reciben crédito para sembrar arroz, maíz, trigo y hasta una donación de 2000 dólares para una vivienda. Si cultivan más, no hay ningún apoyo.

Según Urioste, si el precio del arroz se hace competitivo, los cocaleros van a producirlo. "No es bueno para nadie vivir bajo el estigma del narcotráfico", expresó.

"Van a combinar, seguramente una parte creciente de arroz con una parte cada vez menor de coca tomando, en cuenta que hay cada vez más drogas sintéticas en el mundo", dijo.

La crisis alimentaria global puede ser una oportunidad en los países pobres porque obligará a miles de campesinos desplazados a volver a la agricultura, dijo hace poco el Ministro de Microempresa y Productividad, Javier Hurtado.

Además, el narcotráfico parece estar en aumento y eso inquieta a Morales porque da otro razón a sus opositores para atacarlo.

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