sábado, 12 de julio de 2008

Muchas declaraciones y ningún avance en el plano económico en la cumbre del G8

TOKIO.- La cumbre de líderes de ocho potencias mundiales culminó esta semana en Japón con un sinfín de declaraciones sobre la necesidad de enfrentar la crisis alimentaria, los astronómicos precios del petróleo y la contracción del crédito, pero sin nada concreto para aliviar al planeta de este 'triple shock' económico.

La falta de anuncios concretos para enfriar los precios récord de los alimentos y del petróleo fue criticada por expertos que pusieron en duda la legitimidad del G8, que no incluye a gigantes emergentes como China o India ni a grandes exportadores de crudo, salvo a Rusia.

El capítulo sobre economía de la declaración final es "decepcionante e inadecuado en relación al potencial y a las tradiciones del G8 a la hora de enfrentar los serios desafíos económicos que tenemos por delante", sostuvo John Kirton, jefe del Grupo de Investigación sobre el G8 de la Universidad de Toronto.

"Otorgará a los ciudadanos y votantes de la mayoría de los países del G8 poca confianza en que sus líderes en el G8 han comprendido realmente lo que sienten cuando llenan sus tanques en las gasolineras, cuando compran comida en las tiendas, cuando ven las pérdidas de empleo mes tras mes en Estados Unidos", añadió.

Los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia se limitaron a indicar que siguen siendo "positivos" sobre las perspectivas de crecimiento en el futuro a pesar del actual crecimiento "moderado".

Los líderes del G8 no anunciaron nuevas ayudas financieras para los más pobres del planeta, que sobreviven con uno o dos dólares al día y destinan hasta el 75% de ese monto a la compra de alimentos, al estimar que los 10.000 millones de dólares desembolsados desde inicios del año son suficientes.

La iniciativa del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, de crear un fondo agrícola para los países en vías de desarrollo, con un presupuesto de 1.000 millones de euros financiado por los excedentes de la Política Agrícola Común europea, no progresó.

"Es verdad que quizá hubiera sido deseable, aunque lógicamente no está sólo en manos del G8, una respuesta más contundente, más activa a la crisis alimentaria (...) porque detrás de esta crisis hay vidas humanas en juego", opinó el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, reclamó al G8 más ayuda para "aumentar la producción agrícola" mundial.

El club de los ricos también amenazó con nuevas acciones a Zimbabue tras la polémica reelección de Robert Mugabe, urgió a Irán a ser más responsable en la región y se dio un plazo de cinco años para otorgar 60.000 millones de dólares a la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis en Africa.

La declaración final de la cumbre del G8 en Toyako, una zona de lagos, montañas y volcanes en el norte de Japón, "parece un árbol de Navidad con muchas luces", estimó Andrew F. Cooper, politólogo de la Universidad de Waterloo (Canadá).

"No creo que hayan manejado la economía de manera brillante (...) Fue la mayor debilidad de la cumbre", afirmó.

El G8 llamó a equilibrar la oferta y la demanda de crudo y a aumentar la transparencia en los mercados petroleros en momentos en que el barril de petróleo se cotiza a más de 140 dólares, cinco veces más que en 2003, pero tiene pocas esperanzas de éxito, dijo Tomoko Fujii, economista jefa del Bank of America en Tokio.

"Es muy difícil para los líderes del G8 solucionar problemas como los del petróleo si los actores más importantes en el tema están ausentes del diálogo", indicó.

"El G8 no supo ponerse a la altura del desafío de un mundo en crisis, un mundo que exige una acción seria", concluyó Luc Lampriere, de la ONG humanitaria Oxfam.

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