miércoles, 30 de julio de 2008

Ponderan el fracaso de las negociaciones de la OMC

GINEBRA.- Estados Unidos, Europa y otras potencias comerciales ponderaron el miércoles el fracaso de las negociaciones para llegar a un nuevo acuerdo global, e intercambiaron acusaciones por el colapso de siete años de gestiones.

Al día siguiente de fracasar una reunión de nueve días en la Organización Mundial de Comercio, el negociador de la Unión Europea Peter Mandelson dijo que intentó llegar a un acuerdo en el tema de las importaciones agrícolas que enfrentó a Estados Unidos, China y la India.

Aunque ambas partes rechazaron un compromiso, Mandelson criticó especialmente a la representante de Comercio Exterior estadounidense Susan Schwab, a la que acusó de no ceder incluso cuando sus demandas fueron adoptadas, además de apresurarse a hacer públicas con premura sus recelos.

"Mal está contemplar la derrota en el último kilómetro de dicho maratón", escribió Mandelson el miércoles en su página de la internet. "Es peor comprender que algunas personas con las que negociamos, en lugar de trabajar por el éxito de las negociaciones, preparaban en realidad su fracaso".

Estados Unidos rechazó su descripción de los acontecimientos ocurridos a puerta cerrada en la sede ginebrina de la OMC. Gretchen Hamel, una vocera de Schwab, destacó que las ofertas de la UE fueron rechazadas por muchos países, y que las críticas de Mandelson tuvieron como fin "desviar la atención de los problemas internos de la UE".

Entre los problemas europeos figura la renuencia a abrir sus mercados agrícolas para importar carne vacuna, de aves, azúcar y otros productos. Las importaciones agrícolas son especialmente delicadas en Francia, donde el presidente Nicolas Sarkozy acusó regularmente a Mandelson por ceder demasiado ante los competidores de los países pobres.

Las críticas de Mandelson a Estados Unidos fueron formuladas tras semanas de cooperación entre ambos países. El fin de semana dijo a los ministros de Comercio de las 27 naciones de la UE que él y Schwab "se unieron, pero sin matonismo" a fin de concluir exitosamente las negociaciones.

Mientras que la ronda de Doha, iniciada en la capital qatarí en el 2001, se vio antes en apuros, este fracaso fue el más demoledor.

Ante la agitación social debido al encarecimiento de los alimentos, restricción del crédito y la amenaza de una recesión global, los negociadores habían esperado que un acuerdo esta semana para abrir los mercados agrícolas y de productos manufacturados lograría mejorar estos problemas.

El colapso fue incluso más penoso al lograr los negociadores mayores avances en el tema de los subvenciones agrícolas y las tarifas arancelarias a los bienes manufacturados, el caballo de batalla de intentos anteriores.

Empero, las negociaciones fracasaron por las "salvaguardias" para proteger a los productores agrícolas en los países pobres de un súbito aumento de las importaciones o una baja en los precios de sus materias primas.

Aunque esas salvaguardias ya existen en países ricos y pobres, son raramente utilizadas y reflejan solamente una proporción ínfima de los miles de millones de dólares en el campo de bienes manufacturados, servicios y productos agrícolas que la ronda de Dhoa debía haber creado.

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