sábado, 19 de julio de 2008

Sorolla ilumina el CAC de Málaga

MÁLAGA.- El éxito en el arte suele tener una parada previa en el fracaso o, al menos, en la falta de reconocimiento. Hace justo un siglo, Joaquín Sorolla exponía en la galería Gratfon de Londres. No acudió mucha gente, aunque uno de los visitantes cambiaría el destino del pintor. Se llamaba Archer Milton Huntington, un millonario norteamericano que acababa de fundar la Hispanic Society y que le convenció para que protagonizara una exhibición en Nueva York.

Fue su mayor éxito. Más de 160.000 personas fueron a verla -previo pago de la entrada- y se vendieron 140 cuadros. Corría el año 1909 y poco después Sorolla recibía de Huntington el encargo de decorar la sede neoyorkina de la Hispanic Society. La gran obra de su vida, aunque la muerte le privara de verla colgada.

Una obra que ilumina desde hoy el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga). 'Sorolla. Visión de España' reúne los 14 lienzos de enormes dimensiones en los que el artista trabajó durante ocho años. Un recorrido por los escenarios, los personajes y las costumbres de un país, de una época, a través de la luz de los pinceles de Sorolla.

Bancaja promueve y patrocina un montaje que permite ver por primera vez fuera de la Hispanic Society un conjunto de obras monumentales. Una iniciativa que trasciende las fronteras culturales para llegar a los terrenos del reclamo turístico. No en vano, más de 700.000 personas han visto ya la muestra en Valencia y Sevilla.

El CAC Málaga será hasta el 21 de septiembre la tercera escala de la gira, que luego pasará por Barcelona, Bilbao y de nuevo Valencia.

Y en cada ciudad, la exposición es diferente. Lo explicaban los comisarios de la propuesta, Felipe Garín y Facundo Tomás: las condiciones de cada espacio motivan que las piezas de distribuyan de un modo distinto. En el CAC Málaga, las visiones de España de Sorolla empiezan por el impresionante 'Castilla: La fiesta del pan'.

Siete lienzos componen este mural de 13 metros de largo que preside la pared principal. Le siguen diversas estampas de la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Cataluña, Navarra, Valencia o Extremadura desfilan por la mirada del artista, si bien Andalucía cobra un protagonismo especial con cinco obras.

Una de ellas, una también de las más espectaculares, cierra el paseo que plantea el CAC Málaga. Se trata de 'Ayamonte: la pesca del atún', firmado por Sorolla entre mayo y junio de 1919. «Sin duda es uno de los grandes cuadros de todo el siglo XX». Así de rotundo se mostraba Garín al referirse a esta pieza, que guarda, como todas, un buen puñado de anécdotas.

Garín recordaba una: «Este es el último cuadro de la serie que pintó Sorolla. A pesar de las extraordinarias dimensiones de la superficie de pared que tenía que cubrir en la Hispanic Society, al final se quedó sin espacio para cumplir uno de los encargos que le había hecho Huntington: mostrar también la belleza de Portugal.

Para solucionarlo, escogió esta escena en el puerto de Ayamonte, que está en la frontera, y pintó de fondo el paisaje portugués al otro lado del río, donde se pueden ver dos embarcaciones: una con una pequeña bandera de España y otra con la de Portugal».

Felipe Garín hablaba despacio, se detenía con cuidado, casi reverencial, delante de cada cuadro, lo miraba como si lo hiciera por primera vez y proseguía su pequeña ponencia. Erudita y amena al mismo tiempo. Incidía, por ejemplo, en que una de las grandes preocupaciones de Sorolla consistía en involucrar al espectador en sus obras.

Por eso, en cada lienzo siempre hay algún personaje mirando a quien le observa desde el otro lado. Como las mujeres morenas de 'Elche: El palmeral', la chica que se esconde bajo un enorme sombrero en 'Extremadura: El mercado' o el matador de capote añil que asoma por la derecha de 'Sevilla: Los toreros'.

Y hay más. Garín señalaba que para que el espectador 'entre' en el cuadro, Sorolla pinta siempre el suelo a la misma altura que el terreno que pisa el público. Bueno, eso es ahora; porque los responsables de 'Sorolla, visión de España' han colocado los 14 lienzos a ras de suelo y no elevados, como están situados en la Hispanic Society.

«Hemos seguido un criterio 'sorollesco' a la hora de diseñar la exposición. Aquí lo novedoso es que vamos a rescatar los juegos de masas de color que han salido a la luz con la restauración de los cuadros, pero también recuperamos la perspectiva con la que el pintor deseaba que se vieran sus obras», apostillaba Facundo Tomás.

Luz y color, lienzos impresionantes, un montaje digno de los grandes acontecimientos culturales, «una oportunidad única», como repitieron durante la presentación el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, y el director de la Hispanic Society, Mitchell Coding.

Allí, a Nueva York, volverán los cuadros, aunque eso será el año que viene.

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