domingo, 27 de julio de 2008

Suspensiones de pagos / José Luis Gómez

Las suspensiones de pagos están disparándose en España, a medida que la crisis financiera se va trasladando a la economía real. Es la primera vez que sucede algo así, ya que las crisis anteriores se habían generado en los sectores productivos, para terminar contaminando bancos y cajas de ahorros. No es la única característica singular de esta crisis voraz que amenaza con llevarse por delante elementos básicos del bienestar, empezando por el empleo.

También es peculiar, por ejemplo, la cantidad de ingredientes que mezcla (falta de liquidez, subida de las materias primas, alzas de tipos de interés...), hasta conformar un verdadero terremoto en la economía española.

¿Perdemos todos en las crisis? No. Hay gente que se está haciendo y que se hará de oro, dentro y fuera de España, ya que las crisis también propician muchas oportunidades, especialmente para aquellos que en estos momentos tienen liquidez y que van a poder comprar prácticamente lo que les dé la gana, a precios muy bajos. La clave, en este caso, está en saber cuándo vamos a tocar fondo, hasta cuándo van a bajar los pisos, por ejemplo.

Pero más allá de esas pequeñas especulaciones, puede tenerse en cuenta que en el mundo no hay falta de dinero. Al contrario, hay países como Rusia, China, India, Japón y algunos estados árabes que acumulan liquidez a raudales y que también están esperando el momento de comprar. España, en ese sentido, debe estar preparada, porque todas esas suspensiones de pagos que estamos viendo, entre ellas la mayor de la historia, que es la de Fadesa, van a dar pie al desembarco de capitales foráneos, dispuestos a ponerse las botas.

Hay empresas y bancos que en bolsa están regalados y que aún lo pueden estar más. Son también buenos tiempos para los abogados, que a diferencia de los financieros se van a hacer ricos. Claro que no todos. Incluso a veces sólo aquellos privilegiados a los que los jueces van a nombrar administradores concursales con unas minutas propias de futbolistas de Champions.

La abogada valenciana designada desde La Coruña para el caso Fadesa se llevará unos seis millones de euros. Imagínense qué cara se le ha puesto a los abogados coruñeses a los que el juez del caso no quiso designar.

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