martes, 22 de julio de 2008

Temores de un descalabro económico en Rusia

MOSCÚ.- Existe un creciente temor en Rusia de que la economía, acicateada por los altos precios del gas natural y del petróleo, comienza a recalentarse, y podría derrumbarse sufriendo el mismo tipo de descalabro que ha afectado a algunos vecinos más pequeños en Europa oriental.

Una de las advertencias más vehementes proviene de un hombre que normalmente no formula pronósticos pesimistas: el ministro de Finanzas, Alexei Kudrin.

El funcionario causó conmoción en el curso de una conferencia reciente sobre impuestos cuando dijo que el producto bruto interno está creciendo demasiado rápidamente y que cualquier medida de estímulo tal como una propuesta para reducir los impuestos causará una intolerable inflación y una súbita paralización del crecimiento.

Pero lo peor no fue lo que dijo Kudrin, sino cómo lo dijo. El comparó el tópico con lo que ocurre en el campo de las armas atómicas. Si se reducen los impuestos, advirtió Kudrin, Rusia no podrá mantener sus miles de ojivas nucleares. "El hecho de que un 33% de nuestro presupuesto está destinado a la defensa y a la seguridad, es la garantía de que no habrá una guerra nuclear", señaló el ministro.

Pero sus rivales, entre ellos la ministra de desarrollo económico Elvira Nabiullina, exigen que haya fuertes reducciones impositivas. El propósito es alejar a los rusos de su adicción por las importaciones de productos, que están creciendo a una tasa anual de más del 40%.

El gobierno está caminando en la cuerda floja. Debido a los enormes gastos del gobierno y de la empresa privada, la inflación se está descontrolando. Por ejemplo, el precio de los alimentos está subiendo a un promedio anual del 25%, y eso amenaza con hundir a cientos de miles de personas por debajo de la línea de la pobreza.

Los dólares afluyen gracias a los precios récords del crudo. La creciente clase media de Rusia está gastando como si no existiera el mañana, gracias al crédito accesible. Entre tanto, el gobierno intenta modernizar su obsoleta infraestructura, y eso recalienta aún más la economía.

Los sensacionalistas señalamientos de Kudrin se registran en momentos en que el país va en contra de la corriente, pues hay tendencias a la recesión en los principales países industrializados. El crecimiento del Producto Bruto Interno, alentado por los precios del gas y del petróleo, fue del 8,1% en el 2007, y del 8,7% en el primer trimestre de 2008.

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