La disputa concluyó en julio, cuando el Congreso de Argentina - uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos - rechazó el tributo en una dramática votación, lo que significó una dura derrota para el Gobierno de la presidenta, Cristina Fernández, y provocó la renuncia del jefe de Gabinete.
Pese a que, tras el rechazo en el Congreso, las autoridades restablecieron el gravamen que regía anteriormente, los dirigentes agropecuarios consideran que aún hay muchos cambios que hacer en la política para el sector, por lo que reclamaban desde hace semanas el reinicio del diálogo.
En un gesto hacia los productores de las cuatro asociaciones que encabezaron la protesta, el nuevo secretario de Agricultura, Carlos Cheppi - que asumió tras la disputa - convocó a las entidades en conjunto.
"Se van a tratar tres temas: agenda del (proyecto productivo oficial) del Bicentenario, proyecto productivo con inclusión social y la articulación de una agenda de trabajo", explicó un portavoz de la Secretaría de Agricultura.
La protesta del sector rural, que se extendió a lo largo de cuatro meses, incluyó varias huelgas comerciales, cortes de carreteras y manifestaciones multitudinarias, que generaron desabastecimiento de alimentos y una fuerte caída en la popularidad de la presidenta Fernández.
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