"Es un tema que nos ocupa... Hay dificultades porque se quiere someter al país a un plan del FMI (Fondo Monetario Internacional), esa es la discusión, pero creemos que lo vamos a poder abordar oportunamente", aseguró la mandataria durante la primera conferencia de prensa que ofreció desde que asumió hace casi ocho meses.
La deuda en cuestión fue contraída por Argentina a fines de 2000 como parte de un plan de rescate internacional para evitar una crisis financiera, que finalmente se produjo hacia fines del año siguiente y obligó al país a entrar en cesación de pagos de su deuda externa.
Aunque Argentina ya reestructuró su deuda por 100.000 millones de dólares con acreedores privados y canceló 9.500 millones de dólares adeudados al FMI en el 2006, permanece en cesación de pagos con el Club de París, integrado por un grupo de naciones desarrolladas creado para colaborar con los países deudores.
Por sus dichos, la presidenta Fernández mantiene la postura de su esposo y ex mandatario, Néstor Kirchner, quien se negó sistemáticamente a que el FMI supervisara el acuerdo con el Club de París, como reclaman muchos de sus miembros.
Fernández manifestó su voluntad de cancelar la deuda "con serenidad, con tranquilidad y con las expectativas de un país que está cumpliendo con sus compromisos internacionales y con el sostenimiento de crecimiento".
"Cualquier proceso de renegociación debe dar al país la posibilidad de seguir creciendo", advirtió.
Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, España y Estados Unidos son algunos de los miembros permanentes del citado club.
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