Su trabajo consiste en enviar hombres vestidos con frac, como extras de una película de Fred Astaire, para avergonzar a los deudores para que cumplan con sus pagos. Y el negocio está prosperando.
"A principios de año, ya empezamos a notar que la demanda iba en aumento", dijo Carlos Granda, quien preside el departamento internacional de la compañía El cobrador del frac.
La sede de la firma en Madrid, cuya teatralidad no sería tolerada en muchos lugares, tiene un particular aire machista.
Sus oficinas están repletas de hombres con trajes negros - la compañía no emplea a mujeres porque considera que no se impondrían ante los deudores - y las paredes están adornadas con trofeos de caza.
Junto con una importante colección de cornamentas y un par de colmillos de elefante, hay dos cabezas de leones, al igual que una hiena y un antílope, que parecen tan abatidos como los deudores.
Con la economía española al borde de una recesión a medida que la burbuja inmobiliaria se desinfla, Granda espera que El cobrador del frac disfrute años de bonanza mientras salen a la luz las deudas contraídas por los consumidores y las compañías durante los años del boom.
La deuda de los hogares españoles está en un máximo histórico por encima de 120 por ciento del Producto Interior Bruto, como resultado del fácil acceso al crédito que imperó durante años.
El sector corporativo, en particular el inmobiliario y de la construcción, también lucha para llegar a final de mes, a medida que el mercado inmobiliario se paraliza y el valor de las propiedades se torna cada vez más tambaleante
Con un desempleo de 10,4 por ciento, el más alto en la Unión Europea, y compañías bien conocidas como la firma inmobiliaria Martinsa Fadesa en concurso de acreedores, el tema de cómo conseguir que la gente pague lo que debe se ha tornado más importante.
Los préstamos incobrables han trepado un 164 por ciento en 12 meses hasta un 1,6 por ciento del total de los créditos, nivel que igualmente es respetable según los estándares internacionales, aunque el Banco de España estima que ha de aumentar.
Los bancos generalmente cobran sus propias deudas, pero muchas compañías con facturas impagadas recurren a empresas como El cobrador del frac, quien compra deuda con descuento antes de tratar de cobrarla. Tiene un éxito de aproximadamente un 70 por ciento.
Granda hace referencia al sombrero de copa y al frac, cuya apariencia pone nerviosos a muchos deudores españoles, como el "uniforme" de la compañía.
"Tenemos cobradores uniformados y cobradores que no son uniformados, todo depende un poco de la respuesta del moroso, pero si la necesidad lo requiere y para cobrar una deuda necesitamos del cobrador del frac lo hacemos, para que sea mas notoria todavía la morosidad", dijo Granda a Reuters.
La compañía generalmente comienza con una llamada telefónica, o una demanda de pago por fax. Si eso no funciona, el enfoque se vuelve más agresivo, aunque Granda dijo que sus hombres siempre permanecen dentro de los límites de la ley.
"Si tu eres el deudor, me encargo de hacer llegar la voz a todo tu entorno, de que tu eres un deudor, seguramente eso te va a incomodar más que si te sigo por la calle", explicó.
En muchos países, las técnicas empleadas por El cobrador del frac, que han sido copiadas en España con vestimentas que van desde disfraces de payasos o del personaje de El Zorro, no están permitidas.
En un caso espectacular, en la que se reclamaba una gran deuda de un banquete de boda, la compañía inclusive llamó telefónicamente a los invitados que asistieron a la fiesta para que paguen su parte de la cuenta. Los novios, avergonzados, enseguida pagaron, contó Granda.
puff, es increible q en pleno siglo XXI, muchos empresarios prefieran el cobrador de frac por encima de los informes comerciales como los de axesor.es, si estos son mucho más baratos y además, es prevensión...
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