domingo, 31 de agosto de 2008

El euro y el dólar / José Manuel Campa*

Desde mediados de julio se han producido dos cambios sustanciales en las tendencias de dos precios que venían marcando la evolución financiera mundial durante el último año: el del petróleo y el dólar. El petróleo ha pasado después de alcanzar un máximo de 147 dólares por barril el 11 de julio a cotizar por debajo de los 113 el barril. El dólar, casi durante el mismo periodo, se ha apreciado de 1,6 dólares por euros a algo menos de 1,47 dólares por euro. Estos cambios no son una coincidencia, sino que están altamente correlacionados y reflejan tendencias subyacentes más amplias.

La caída del precio del petróleo coincide además con una bajada más generalizada en los precios de las materias primas. El índice de materias primas, CRB Commodity Index, cayó en julio un 10%, su mayor caída en los últimos 25 años. También los precios de productos agrícolas han caído sustancialmente. Por ejemplo, desde principios de julio, el precio del maíz ha bajado un 30%.

Lo más probable es que la bajada de los precios de las materias primas esté reflejando una preocupación creciente por una posible desaceleración de la economía mundial. Los últimos datos disponibles marcan esta tendencia. La zona euro creció negativamente el trimestre pasado por primera vez en su historia. Además, los temores de una desaceleración en China a tasas de crecimiento anuales de sólo un dígito, y el retraso en la recuperación americana dan razones para pensar que esta desaceleración puede ser bastante generalizada.

Los escépticos aseguran que lo que verdaderamente ocurre es que por fin se están desinflando las burbujas en el mercado de petróleo y en los de otros productos primarios. Es cierto que subidas tan espectaculares como las observadas en estos mercados eran muy difíciles de justificar por noticias sobre su evolución de o la de la situación económica internacional. Pero también es cierto que los llamados especuladores no suelen actuar de forma aleatoria, sino que reaccionan en función de tendencias más o menos pausibles.

Pueden equivocarse, por supuesto, y a menudo lo hacen. Los mercados, y los precios, como mecanismos de asignación de bienes, ajustan esas diferencias entre expectativas de valor a futuro. Pero, como dice el refrán, cuando el río suena sabemos que agua lleva.

Lo importante no es sólo la bajada en los precios de las materias primas, sino su clara correlación con el dólar americano y las implicaciones que esto tiene para el ajuste de la economía mundial.

La bajada en los precios del petróleo y demás materias primas traerá una importante desaceleración en la inflación que estaba despuntando a tasas no vistas en más de una década. Y no sólo en España, sino también en Estados Unidos, y en países emergentes como China o Rusia.

Además, también ayudará a que los desequilibrios mundiales que marcaban la economía mundial vayan disminuyendo su efecto. En concreto, los desequilibrios por cuenta corriente de las grandes zonas del mundo se estabilizarán.

El descenso en el precio de las materias primas también ayudará a que se reduzca el déficit por cuenta corriente americano, y a disminuir el crecimiento del superávit Chino (incluso a que mengue en porcentaje del PIB). De echo, durante los primeros seis meses de este año las exportaciones americanas han crecido más rápido que las de China por primera vez en más de 20 años.Esto ayudará a estimular en parte la economía americana, y otras economías importadoras de materias primas, así como a reequilibrar el crecimiento mundial, si bien es verdad que a una tasa de crecimiento global menor.

Desgraciadamente, el efecto conjunto de unas materias primas más baratas en dólares con un dólar más caro hará que este impacto en las economías europeas sea relativamente menor. El impacto en la inflación será mucho menor en nuestro entorno.

Durante el período de subida de los precios del petróleo, la depreciación del dólar frente al euro permitió que el precio de las importaciones de estos productos en euros sufriera un incremento muy inferior en nuestra moneda. El mismo efecto va a tener ahora pero en sentido contrario. La bajada de precios en euros que observaremos en los próximos meses, y de nuestra inflación, será menor que la bajada de precios en dólares. Tampoco corregirá el diferencial de inflación de España con respecto del resto de la zona euro.

*José Manuel Campa Olmedo es profesor en la IESE Business School

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