"Es un momento muy especial que vive la relación bilateral, la región y el mundo. Ambos países estamos atravesando... una comunión pocas veces vista y sin duda inédita en la historia entre Brasil y Argentina", aseguró Fernández en su discurso de apertura del seminario "Argentina-Brasil: Una Alianza Productiva Clave" en un hotel de Buenos Aires.
"Argentina y Brasil ven la crisis de alimentos como una gran oportunidad histórica... Si trabajamos juntos podemos fortalecer el Mercosur. Somos los más industrializados, tenemos más experiencia en comercio exterior", aseguró Lula.
El visitante llegó acompañado por más de 300 empresarios brasileños, entre ellos el titular de la poderosa Federación de Industriales de San Pablo, Paulo Skaf, y de empresas como Petrobras, Camargo Correa S.A. y Embraer, entre otras.
Ambos presidentes aludieron indirectamente a las diferencias que mantuvieron la semana pasada en las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la Ronda de Doha.
En un giro sorpresivo, Brasil se distanció de su principal socio en el Mercosur y en cambio apoyó la postura de los países más desarrollados respecto al recorte de las barreras arancelarias, considerado insuficiente por las naciones en desarrollo como Argentina, Venezuela y Sudáfrica, entre otros.
"Si nos juntamos... podemos hacer la diferencia en las negociaciones internacionales. Obviamente debe primar la soberanía de cada país y los acuerdos bilaterales que le convienen a cada país porque la soberanía de cada país es intocable", afirmó Lula.
"Argentina y Brasil no tienen divergencias... juntos seremos más soberanos", agregó.
Más temprano, Lula declaró en su programa "Café con el presidente", transmitido desde Buenos Aires, que "no creo que la ronda haya fracasado. Hubo dificultades y cuando hay dificultades es mejor parar para pensar cómo avanzar".
"Cuando hablamos de libre comercio tiene que ser libre de verdad, no puede ser medio libre... Queremos una ronda que permita que haya justicia en su resolución final", agregó.
Los mandatarios subrayaron la necesidad de continuar la integración productiva entre ambos países, cuyo intercambio comercial, indicó Lula, creció el 35% entre enero y junio de este año y será para todo 2008 de 30.000 millones de dólares.
Ese intercambio es desfavorable para Argentina, que tiene con Brasil un déficit comercial de unos 3.000 millones de dólares anuales.
El secretario de Industria brasileño, Ivan Ramalho, dijo a periodistas minutos antes de los discursos de Fernández y Lula que su país está dispuesto a reducir su superávit comercial en favor de Argentina.
"Brasil quiere importar más de Argentina. Brasil no quiere tener con Argentina y otros países del Cono Sur grandes desequilibrios", dijo Ramalho.
"Una Argentina industrializada y competitiva fortalece al Brasil y al Mercosur", dijo Lula, quien abogó por una integración productiva que permita agregar valor y transferir tecnología y termine con la competencia entre las industrias de ambos países.
"Un empresario argentino no puede ver a Brasil como un competidor sino como un mercado potencial de 190 millones de personas", dijo Lula.
Brasil es el tercer inversor en Argentina.
Ambos mandatarios se trasladaron luego a la casa de gobierno, donde mantuvieron un encuentro privado.
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