domingo, 10 de agosto de 2008

Fitch Ratings explica lo que hace en bancos y cajas de ahorro

BARCELONA.- El trabajo del equipo de bancos de Fitch Ratings ha servido para situar a Fitch en la posición de liderazgo en cobertura de ratings de bancos. El grupo ha desarrollado un procedimiento único para analizar y asignar ratings a emisores y emisiones, según afirma en su página web.

El criterio esencial para los ratings de los emisores es un estudio de la fortaleza financiera individual de la institución financiera, así como también la posibilidad y procedencia de apoyo externo en la eventualidad de que la entidad tuviera dificultades financieras.

Los principales factores cuantitativos que se analizan para establecer los puntos fuertes y los puntos débiles de una institución financiera son la integridad del balance, la rentabilidad y la gestión del riesgo.

Los analistas también evalúan factores cualitativos de la franquicia financiera como la estrategia y la calidad del equipo de gestión, el entorno en el que opera, y la evolución futura del negocio más probable.

La decisión final del rating se toma en un comité de rating integrado por los principales analistas de la entidad y otros miembros independientes, incluidos cargos directivos senior de Fitch.

Cobertura

Fitch ha desarrollado dos escalas de rating específicas para bancos:

> Ratings individuales, que miden la fortaleza financiera de la entidad si fuese completamente independiente y no pudiese contar con apoyo externo.

> Ratings de apoyo, que proporcionan la opinión de Fitch acerca del apoyo potencial y la procedencia de este apoyo en el caso de que la entidad tuviera dificultades financieras.

Los criterios de los ratings son aplicables a:

> Ratings internacionales a largo y corto plazo
> Ratings a largo y corto plazo para la moneda local
> Ratings nacionales para mercados emergentes (no comparables a nivel internacional)

El equipo europeo de Fitch Ratings de financiación estructurada analiza las diferentes transacciones de Europa y África.

Las áreas que cubre son: emisiones de obligaciones respaldadas por deudas con garantía ("collateralised debt obligations"), mercados emergentes, emisiones a medio/largo plazo por titulización de activos, titulización hipotecaria comercial y residencial, emisiones en papel comercial por titulización de activos, financiación apalancada ("loan products"), además de hacer el seguimiento analítico de las emisiones.

Definiciones de Ratings de Fitch

Las calificaciones crediticias de Fitch constituyen nuestra opinión sobre la capacidad de una entidad o de una emisión de títulos de hacer frente a las obligaciones financieras de manera puntual, como el pago de intereses, la devolución del principal, o el pago de dividendos preferentes. Los ratings de Fitch se asignan a una gran variedad de entidades y emisiones, como por ejemplo países soberanos, financiación estructurada, empresas, emisiones de deuda, acciones preferentes, créditos bancarios, riesgo de contrapartes, y también a la solidez financiera de compañías de seguros y garantizadores financieros.

Los inversores se sirven de los ratings para estimar la probabilidad de recuperar su dinero de acuerdo con las condiciones en que lo invirtieron. Así pues, el uso de un rating crediticio indica su función: los ratings que están dentro del "grado de inversión" (entre AAA y BBB en la escala internacional de ratings a largo plazo, y entre F1 y F3 a corto plazo) comportan un riesgo de impago relativamente bajo, mientras que los que están dentro del "grado especulativo" (entre BB y D a largo plazo, y B y D a corto plazo) indican o bien que tienen un mayor riesgo de impago o que el impago ya se ha dado.

Los ratings no hacen ninguna predicción específica de probabilidad de impago. Sin embargo, es importante señalar que por ejemplo la situación de impago sólo se ha dado anualmente en menos de un 0,10% de los bonos a largo plazo de empresas de EE.UU. calificados con un rating de AAA, mientras que para los bonos con rating de BBB fue de 0,35%, y para los ratings de B del 3%.

Las entidades o emisiones que tienen un mismo rating tienen una calidad crediticia similar, aunque no necesariamente idéntica, ya que las distintas categorías de la escala de ratings no reflejan plenamente los distintos matices dentro de cada grado de riesgo crediticio.

Los ratings de Fitch no son una recomendación de comprar, vender, o conservar unos títulos. Tampoco indican si los precios del mercado son adecuados, o si ciertos títulos son indicados para un inversor particular, o si están libres de impuestos o no. Los ratings se basan en la información proporcionada por los emisores, aseguradores de emisiones, sus expertos, y otras fuentes que Fitch considera fiables.

Fitch no audita ni verifica la veracidad y fidelidad de dicha información. Los ratings pueden sufrir cambios, o pueden ser retirados, como consecuencia de la falta de información, a causa de cambios en la información, o por otras razones.

Los ratings de un programa concreto se basan en los términos generales que afectan el programa en cuestión, y por tanto no se debería asumir que estos ratings son aplicables a cada emisión dentro de un programa. Concretamente, los ratings de emisiones no estándar, como las que están conectadas a la deuda de un tercero o las que dependen del comportamiento de un índice, se pueden desviar de los ratings aplicables al programa.

Los ratings sólo dan una indicación del riesgo de crédito, es decir, no son aplicables a ningún otro tipo de riesgo como las posibles pérdidas a causa de cambios en los tipos de interés del mercado, o cualquier otra consideración que tenga que ver con el mercado.

Fitch también proporciona ratings especializados de gestoras de créditos hipotecarios comerciales y multifamiliares vivos y morosos, bonos de cash flow, ratings de volatilidad de obligaciones hipotecarias colaterizadas y fondos de bonos. Además, asignamos ratings de apoyo y ratings individuales a los bancos, que analizan la posibilidad de que una entidad pueda tener dificultades, y en este caso si recibiría apoyo.

En algunos casos, Fitch asigna ratings nacionales, que son una calificación de la calidad de crédito relativo a todas las obligaciones financieras emitidas o garantizadas por el estado soberano. Para algunos países concretos Fitch asigna también ratings nacionales a la solidez financiera de compañías de seguros, a través de una escala de ratings propia para esta tipología.

Consideraciones analíticas

Al asignar un rating, la agencia tiene en cuenta las condiciones financieras históricas y las previsiones futuras, la calidad de gestión, y la rentabilidad operativa del emisor o garantizador, cualquier característica especial de una emisión o garantía concreta, la relación jerárquica de la emisión con las demás obligaciones del emisor, así como también la evolución económica y política del entorno operativo que pueda afectar la fortaleza financiera y la calidad de crédito del emisor.

En el caso de una emisión de financiación estructurada, se tiene en cuenta la calidad de los activos subyacentes y la integridad de su estructura legal. Si se trata de bancos, cuyo sector tiene precedentes de rescate por parte del estado como último recurso o por parte de los principales accionistas, también se tiene en cuenta la fortaleza potencial de este apoyo.

Los ratings dentro del grado de inversión reflejan una capacidad de pago de forma puntual. Sin embargo, los ratings de diferentes obligaciones del mismo emisor pueden ser distintos, en base a las previsiones de recuperación en caso de impago o liquidación.

Las expectativas de recuperación, que son los importes que los inversores esperan recibir después de que una emisión se declare en situación de impago, son un aspecto que se tiene poco en cuenta en el caso de ratings dentro del grado de inversión, pero se pueden asignar distintos "notches" a las emisiones para reflejar el orden de preferencia en caso de disolución, liquidación, reorganización u otros.

Las expectativas de recuperación, sin embargo, ganan peso en los niveles de rating bajos, a causa de la mayor probabilidad de impago, y son un factor fundamental para la categoría "DDD". Los factores que afectan las expectativas de recuperación son el colateral y la jerarquía de la emisión en relación con las demás obligaciones de la estructura del capital.

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