domingo, 17 de agosto de 2008

El crecimiento de Japón declina por una coyuntura internacional sombría

TOKIO.- La situación económica de Japón se contrajo drásticamente en el segundo trimestre, informó el gobierno, al tiempo que la debilidad en las exportaciones y la demanda del consumidor colocó a la segunda economía mundial al borde de la recesión.

El producto interno bruto _el valor total de los bienes y servicios del país_ cayó a un ritmo anual de 2,4% entre abril y junio con una fuerte caída respecto al 4% de enero a marzo.

Los nuevos datos, que son la primera medida negativa en cuatro trimestres, afianzaron la evidencia cada vez mayor de que se acabó el periodo de expansión que tuvo Japón durante seis años.

En términos trimestrales, el PIB se contrajo 0,6% después del aumento de 0,8% en el periodo de enero a marzo, informó la Oficina del Gabinete. El consumo privado, que representa más de la mitad del PIB real, bajó 0,5% frente al trimestre anterior. La inversión en vivienda disminuyó 3,4%.

Dos motores principales de la recuperación económica de seis años en Japón _la inversión y las exportaciones_ también se deterioraron. La inversión de capital corporativo en empresas y equipo bajó 0,2% en comparación con el trimestre anterior, mientras las exportaciones de bienes y servicios se redujeron 2,3% _la pérdida más significativa en 13 trimestres.

Al reconocer los "riesgos descendentes" en la economía, el ministro de Economía, Kauro Yosano, dijo a periodistas que la contracción podría no tener una tendencia de largo plazo y que debería ser evaluada "en forma optimista".

El declive constatado en el segundo trimestre de este año es en parte el contragolpe del rebote registrado tres meses antes. En el periodo enero-marzo, el PIB japonés aumentó un 0,8% en relación al trimestre anterior, según las cifras revisadas.

No obstante, entre abril y junio, Japón produjo menos riqueza, esencialmente a raíz de una caída de los pedidos provenientes de Estados Unidos y Europa, víctimas de la desaceleración económica.

Simultáneamente, se registró un alza de los envíos de piezas independientes hacia países productores de bienes terminados destinados a Occidente, pero la clientela de países emergentes no bastó para equilibrar las cuentas.

Globalmente, el valor de los bienes y servicios exportados al extranjero decreció en 2,3% en el segundo trimestre en relación al primero.

En el frente interno, aunque los japoneses sean fanáticos de las compras, "el cierre de sus billeteras se ha trabado", ironizó un comerciante.

El consumo de los hogares nipones declinó un 0,5% en el segundo trimestre, en momentos en que sus sueldos se estancan pero los precios de la gasolina y los alimentos suben a raíz de la disparada de las cotizaciones del petróleo y las materias primas.

"Los ingresos y los beneficios de las empresas aumentan, (pero) los salarios no", dijo a la prensa el secretario de Estado para Política Presupuestaria y Económica, Kaoru Yosano, encargado de estudiar medidas de emergencia para "tranquilizar a los ciudadanos".

Los empresarios, sobre todo los que poseen negocios pequeños, han visto disminuir sus márgenes de ganancia debido al alza de los costos de abastecimiento, lo cual limita su capacidad de inversión, ya que los créditos son menos fáciles de obtener en este periodo de coyuntura sombría y de crisis financiera internacional.

Las inversiones de las empresas disminuyeron un 0,2% en un trimestre.

La contracción de los pedidos públicos a raíz de obligaciones presupuestarias también afectó el crecimiento.

En este contexto, el Banco de Japón (central), responsable de la política monetaria y encargado de mantener la estabilidad de los precios, parece condenado al statu quo en el corto plazo.

"Le será muy difícil aumentar sus tasas a pesar de la inflación porque debe tomar en cuenta los riesgos de regresión económica", destacó Mamoru Yamazaki, economista jefe de RBS Securities.

Mientras los analistas estiman que el país podría entrar en recesión -dos trimestres consecutivos de baja del PIB- Yosano considera "más justo pensar de manera optimista".

"Aunque la evolución del PIB haya sido negativa en el segundo trimestre, la economía japonesa no está tan deprimida", aseguró el secretario de Estado.

"Estos datos no significan que el decrecimiento vaya a durar", agregó Yosano, y recordó que las empresas niponas han sido saneadas, lo cual no era el caso durante la recesión de fines de los años 90.

"El estancamiento actual de la coyuntura japonesa depende mucho del clima externo", insistió.

El gobierno todavía prevé un crecimiento de 1,3% para el periodo de abril de 2008 a marzo de 2009.

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