BARCELONA.- Según una encuesta de Fecalon (Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno) a 125 de estos locales en toda Cataluña, la recesión que ya experimentaban se ha agudizado en el 2008. El descenso del consumo es generalizado y se nota especialmente en los bares musicales del área metropolitana de Barcelona y de los distritos del Eixample y Sant Martí, donde ha caído un 30%.
Respecto a las discotecas, también se bebe menos y ha bajado la afluencia de público, siendo la zona de Tarragona la más afectada con un 35% de descenso en el consumo, seguida del área metropolitana de Barcelona (25,71%), Lleida y Girona (22,50% y 21,66% respectivamente).
En las discotecas de Lleida y Tarragona, un 100% de los entrevistados han notado que sus clientes había consumido antes de entrar o van saliendo para repostar una vez pagan la entrada. En el área metropolitana de Barcelona, el porcentaje se reduce al 71,42% y en Girona del 62,50%, con un consumo medio por persona y día de en Cataluña de 1-1,5 copas.
«En Barcelona hay un nivel de ocio de alta calidad», defiende el director de la sala Lotus, Carlos Aparicio. «La gente quiere grandes espectáculos, las licencias son muy caras y los disc-jockeys de 30.000 euros se acaban pagando copita a copita», argumenta en relación al precio de las consumiciones.
Según el estudio de Fecalon, los precios de entradas y bebidas se han mantenido a pesar de que el primer reflejo sea encarecerlos para compensar que se haga menos caja. «Ya es dinero, no creo que se pueda subir más» manifiesta el director de Lotus, donde una consumición cuesta 9 euros mientras en otros locales de estas características -«café-teatro con actuaciones y música en directo»- el precio oscila entre 10 y 12, según dice.
En el caso de Pachá Barcelona, una discoteca donde el 80% de sus clientes en temporada de verano son extranjeros, no han notado tanto el impacto de la crisis aunque sí una cierta pérdida de poder adquisitivo de sus clientes, explica uno de sus gestores, Rául Pozo. Según sus cálculos, el consumo ha descendido en torno un 20%.
Respecto a las discotecas, también se bebe menos y ha bajado la afluencia de público, siendo la zona de Tarragona la más afectada con un 35% de descenso en el consumo, seguida del área metropolitana de Barcelona (25,71%), Lleida y Girona (22,50% y 21,66% respectivamente).
En las discotecas de Lleida y Tarragona, un 100% de los entrevistados han notado que sus clientes había consumido antes de entrar o van saliendo para repostar una vez pagan la entrada. En el área metropolitana de Barcelona, el porcentaje se reduce al 71,42% y en Girona del 62,50%, con un consumo medio por persona y día de en Cataluña de 1-1,5 copas.
«En Barcelona hay un nivel de ocio de alta calidad», defiende el director de la sala Lotus, Carlos Aparicio. «La gente quiere grandes espectáculos, las licencias son muy caras y los disc-jockeys de 30.000 euros se acaban pagando copita a copita», argumenta en relación al precio de las consumiciones.
Según el estudio de Fecalon, los precios de entradas y bebidas se han mantenido a pesar de que el primer reflejo sea encarecerlos para compensar que se haga menos caja. «Ya es dinero, no creo que se pueda subir más» manifiesta el director de Lotus, donde una consumición cuesta 9 euros mientras en otros locales de estas características -«café-teatro con actuaciones y música en directo»- el precio oscila entre 10 y 12, según dice.
En el caso de Pachá Barcelona, una discoteca donde el 80% de sus clientes en temporada de verano son extranjeros, no han notado tanto el impacto de la crisis aunque sí una cierta pérdida de poder adquisitivo de sus clientes, explica uno de sus gestores, Rául Pozo. Según sus cálculos, el consumo ha descendido en torno un 20%.
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