martes, 5 de agosto de 2008

La inflación mina el consumo en EE. UU. antes de la decisión de la Fed sobre las tasas

WASHINGTON.- El consumo fue socavado en junio por un salto de la inflación en Estados Unidos, pese al incentivo de los cheques de rembolso de impuestos recibidos en mayo, mostrando la reticencia a gastar de las familias, antes de la decisión sobre tasas que tomará la Fed este martes.

Los gastos de consumo de los hogares aumentaron un 0,6% en junio en relación a mayo, mientras que los ingresos subieron un 0,1%, anunció el lunes el departamento de Comercio.

Se esperaba una flexibilización después del salto registrado el mes anterior (+1,8% de los ingresos, +0,8% en los gastos) que habían estado fuertemente influenciados por los cheques de devolución de impuestos distribuidos en el marco del plan de reactivación.

Esos cheques, de un monto significativo (hasta de 1.200 dólares por pareja casada, con un bono por hijos), tienen por objetivo dinamizar el consumo, afectado por la crisis inmobiliaria.

Los primeros comenzaron a llegar en primavera a los buzones de correo y los últimos lo harán durante este verano.

Pero hasta ahora los economistas están decepcionados por la escasa eficacia de esta medida.

Los datos publicados el lunes a primera vista son positivos, porque superan las previsiones de los analistas, pero parecen mucho menos alentadores cuando se toma en cuenta la inflación. "Las familias tratan de mantener el ritmo ante la inflación pero tienen problemas" para mantener el nivel de gastos, subrayó el economista independiente Joel Naroff.

"El consumo subió en junio pero la mayoría de los gastos fue destinado a productos alimentarios y energía, más caros" que el mes anterior, agregó.

El índice de precios relacionados con los gastos de consumo (PCE) subió un 0,8% en junio, un alza récord desde 1997, la fecha más alejada desde que se cuenta con datos comparables. Sobre un año, el incremento alcanzó un 4,1%, el aumento más notable desde mayo de 1991.

Una vez más, fue la disparada de los precios de la energía y de los alimentos el factor desequilibrante, ya que los aumentos son mucho más leves si se excluyen esos dos items.

Estos incrementos tuvieron repercusiones inmediatas sobre los gastos de las familias. En cifras corregidas por la inflación, el ingreso disponible (después del pago de impuestos) bajó un 2,6% en junio, y los gastos descendieron un 0,2%, las cifras más negativas desde el verano de 2005, con ocasión del paso del destructor huracán Katrina.

"La caída real de ingresos y gastos muestra que la devolución de impuestos fue solamente una ayuda temporaria para los consumidores estadounidenses", constató Amine Tazi de Natixis. Con la progresiva desaparición de los efectos del plan de reactivación, "el poder de compra será nuevamente muy débil en el tercer trimestre", advirtió.

Esto plantea un problema para el crecimiento, porque el consumo es tradicionalmente su principal motor. En el segundo trimestre, el Producto Interno Bruto aumentó solamente un 1,5% (en ritmo anual) y la economía logró mantenerse a flote principalmente gracias a la buena actuación de la balanza comercial.

¿Pero que pasaría si por un lado el consumo se reduce y por otro el comercio exterior se desacelera como consecuencia de una caída de la demanda mundial? Estas preocupaciones primarán sin duda en la reunión de la Reserva Federal (Fed), que este martes examinará nuevamente el nivel de su tasa directriz, actualmente fijada en el 2%.

"Ciertamente, el alza de los precios al consumo es tan fuerte que los ortodoxos de la Fed harán sonar la alarma en la reunión de mañana. Se puede esperar un lenguaje fuerte sobre la inflación, pero sin acción", adelantó Naroff.

En efecto "el verdadero interrogante es si los consumidores podrán continuar gastando después de (que) sus cheques de devolución de impuestos" ya no lleguen, agregó.

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