El Departamento de Comercio informó el viernes que los ingresos personales bajaron un 0,7% en julio, el mayor retroceso en casi tres años y muy por encima del 0,1% pronosticado por los analistas.
El gasto consumidor subió modestamente un 0,2%, conforme a lo pronosticado, pero muy por debajo del aumento del 0,6% en junio. Teniendo en cuenta el impacto del encarecimiento de los precios, el gasto bajó en julio en términos reales un 0,4%, el nivel más bajo ajustado a la inflación en cuatro años.
Las cifras de ingresos y gastos en julio sirvieron para cimentar los temores de que la economía, que creció en el segundo trimestre más de lo calculado debido a los reintegros fiscales, podría retroceder en los próximos meses al desaparecer su impacto.
Algunos economistas temen que el crecimiento económico general, que aumentó al ritmo de un 3,3% anual entre abril y junio, podría avanzar a menos de la mitad de esa cifra en este trimestre, e incluso podría entrar en territorio negativo en los últimos tres meses de este año y en el primer trimestre del 2009.
Dos trimestres consecutivos de retroceso en el producto interno bruto, que mide la totalidad de bienes y servicios producidos en Estados Unidos y es el mejor barómetro de la salud económica del país, serían la fórmula que confirmara una recesión.
Por otra parte, un índice de la inflación que es seguido atentamente por la Reserva Federal, permaneció elevado en julio, aumentando un 0,6%. En los últimos 12 meses, este índice emparejado al gasto consumidor aumentó un 4,5%, el mayor aumento anual en más de 17 años.
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