Los 'números rojos' del banco danés contrastan con el beneficio neto de 309 millones de coronas (41,4 millones de euros) del mismo periodo de 2007 y reflejan el impacto negativo de las provisiones por importe de 3.578 millones de coronas (480 millones de euros) derivadas de la morosidad observada en algunas cuentas y las depreciaciones sufridas por activos inmobiliarios.
El Banco Nacional de Dinamarca se vio forzado a tomar el control de la entidad ante la falta de ofertas "tanto domésticas como del extranjero, durante el proceso de venta ya fuera por la totalidad o por parte del Roskilde Bank", y calificó la situación del banco como "muy grave" afirmando que la compra de la entidad insolvente contribuiría a "limitar" los efectos negativos sobre el sistema financiero del país.
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