miércoles, 6 de agosto de 2008

Sudáfrica, paralizada por una huelga general contra el alza de precios

JOANESBURGO .- Una huelga general convocada en Sudáfrica contra el aumento de precios del combustible, la electricidad y los alimentos paralizó prácticamente el país este miércoles, afectando sobre todo al sector minero y de transportes.

"No hay transporte público, las minas están cerradas, la industria textil responde muy bien", aseguró Patrick Craven, portavoz de la poderosa confederación sindical Cosatu.

Miles de personas comenzaban a reunirse a media jornada en Pretoria, Ciudad del Cabo (suroeste), Durban (sureste), Polokwane (norte) y Port Elizabeth (sur) para manifestarse contra el alza del costo de vida.

La Cámara de Minas confirmó que la producción minera se vería "ampliamente afectada" por el movimiento, según su portavoz, Jabu Maphalala.

El tercer productor mundial, AngloGold Ashanti, interrumpió todas sus operaciones en el país, mientras el primer productor de oro de Sudáfrica, Gold Fields, registró una tasa de participación en la huelga de 60% a 93%, según las partes.

El sector industrial resultó igualmente afectado. El fabricante de coches alemán Volkswagen cerró incluso su fábrica de Port Elizabeth, donde produce 350 vehículos por día.

En la rica región de Gauteng, donde están situadas Johannesburgo y Pretoria, no circulaba ningún tren y los taxis colectivos eran muy escasos. En las aceras de la capital económica, los peatones formaban largas filas de espera.

El Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu) y 21 de sus filiales organizaron esta jornada de huelga, punto culminante de una campaña iniciada en junio, que estuvo marcada por manifestaciones en varias ciudades del país.

Protestan principalmente contra un aumento anunciado de 27,5% del precio de la electricidad, con la meta de financiar la renovación de las infraestructuras envejecidas de la compañía pública Eskom.

Como el resto del mundo, Sudáfrica se ve afectada por un alza de los productos alimenticios (+16,8% en un año) y del combustible (+35,6%), que afecta duramente a los más pobres.

Primera potencia económica del continente, Sudáfrica es víctima de fuertes desigualdades. Un 43% de su población vive por debajo del umbral de pobreza y más de 40% está desempleada.

La inflación oficial fue de 12,2% interanual en junio, y el banco central aumentó las tasas de interés en varias oportunidades desde entonces, mientras los sindicatos lamentan la austeridad.

"El objetivo actual de lucha contra la inflación tiene un impacto negativo para la clase obrera y el gobierno debería consultar a los sindicatos cuando fija su objetivo" de inflación, declaró Zwelinzima Vavi, secretario general de Cosatu.

Según un sondeo del instituto Ipsos Markinor, los miembros de Cosatu están descontentos con la política del gobierno para enfrentar el alza de precios. Sólo un 20% considera que las autoridades respondieron bien a la crisis energética, un 6% al alza de los precios alimentarios y un 10% al alza del costo de los combustibles.

"Pienso que la huelga tendrá un costo superior a sus beneficios", estimó el analista Carel van Aardt, del Buró de estudios de mercado, según quien el crecimiento del país sería inferior a 4% en 2008, contra más de 5% desde hace cinco años.

"Pero si ignoramos los sufrimientos de los más pobres, puede ser peligroso porque la clase obrera y pobre podría verse tentada a llevar a cabo acciones dramáticas", alertó.

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