A pesar de que el crecimiento en los próximos tres trimestres puede ser inexistente o, incluso, ligeramente negativo, lo que supondría "técnicamente" una recesión, la BCC subrayó que el "peligro de una recesión a gran escala puede ser prevenido" si los tipos bajan al 4,75% en los últimos tres meses de este año y a un porcentaje aún menor, del 4,5%, en los primeros de 2009.
El organismo instó a adoptar estas decisiones ante las desalentadoras perspectivas a corto plazo, que apuntan a que el desempleo aumentará entre 250.000 y 300.000 personas en los próximos dos años, lo que llevaría el número total de parados por encima de los dos millones de personas por primera vez desde que el Laborismo asumió el poder en 1997.
Así, subrayó que si la Comisión de Política Monetaria del BoE decide mantener los tipos de interesé en el semestre inmediato, "las perspectivas serían peores", por lo que el director general de la BCC, David Frost, apuntó en declaraciones a la cadena BBC que "el impacto de dirigirse a una recesión a gran escala como la sufrida a principios de los 90 se puede evitar ahora".
En este sentido, declaró que la economía de Reino Unido precisa "recuperar una senda de crecimiento continuado", si bien añadió que, independientemente de la decisión del Banco de Inglaterra, "una profunda disminución en la actividad de Reino Unido es altamente probable en los próximos 18 meses".
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