martes, 16 de septiembre de 2008

AIG se hunde más en la crisis tras la bofetada de las calificadoras

NUEVA YORK.- La aseguradora estadounidense AIG, inmersa desde hace días en una carrera contrarreloj para obtener fondos frescos, no fue capaz de convencer de su solidez financiera a las agencias de calificación, lo que le obligaría a desembolsar miles de millones de dólares para honrar sus compromisos.

Golpe a golpe, las tres principales agencias de calificación financiera, Standard & Poor's (SP), Moody's y Fitch, emitieron sus veredictos en la noche del lunes y rebajaron la nota de AIG. El actual es el escenario que la aseguradora quería evitar desesperadamente. Lejos de ser una medida simple y técnica, esta degradación va a tener consecuencias muy importantes para el grupo, amenazando incluso su sobrevivencia.

AIG debe encontrar ahora grandes sumas de dinero para garantizar sus contratos, ya que no alcanza con su reputación, al tiempo que ya buscaba fondos para asegurar su gestión diaria. Las agencias explicaron su decisión por el deterioro del mercado inmobiliario, al cual la aseguradora está muy expuesta, y por la caída de su acción en Bolsa.

Después de una baja del 31% el viernes, la acción se zambulló 61% el lunes, a sólo 4,76 dólares. En un año se hundió 93%. En el marco de sus actividades de mercado, poco desarrolladas entre otras aseguradoras, AIG emitió un número muy elevado de "credit default swaps" (CDS), al asegurar instrumentos financieros a los inversores contra las faltas de pago de un emisor de obligaciones.

Estos productos complejos, a menudo vinculados al mercado inmobiliario estadounidense, están en el corazón de la crisis bancaria actual y ya provocaron depreciaciones de activos enormes en todo el mundo. AIG ya debió pasar por 25.000 millones de dólares en depreciaciones, a causa del recrudecimiento de las faltas de pago de los propietarios de casas en Estados Unidos.

Hasta ahora, sólo el estado de Nueva York -donde el grupo tiene su sede- aceptó hacer un gesto, inquieto ante de las consecuencias sociales de una quiebra: la aseguradora fue autorizada pedir prestados 20.000 millones de dólares de las cajas de sus filiales, para asegurar su funcionamiento.

Para SP, "esto va a permitir a la casa central satisfacer sus necesidades inmediatas de liquidez". El gobernador del estado, David Paterson, pidió al regulador del Estado "dar la autorización a AIG para acceder a activos por 20.000 millones de dólares por intermedio de sus filiales" con el fin de "otorgarle liquidez para las operaciones diarias de la casa matriz", declaró en una conferencia de prensa.

El dirigente demócrata explicó en rueda de prensa que AIG está "financieramente sana", con 77.900 millones de dólares de excedentes de fondos propios, pero que tiene problemas de liquidez. Pero este salvavidas no fue suficiente para tranquilizar a los inversores, tal como quedó demostrado en la bolsa durante la sesión y luego con las inquietudes de las agencias de notación.

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