jueves, 11 de septiembre de 2008

Arabia Saudita velará por el equilibrio del mercado, pese a recorte de OPEP

KUWAIT.- Atrapado entre los 'duros' de la OPEP y sus aliados occidentales, Riad tuvo que aceptar un recorte de la producción de petróleo decretado por la organización para preservar su unidad, aunque los analistas no dudan de que seguirá actuando según las necesidades del mercado.

"No creo que Arabia Saudita reduzca su producción, a menos que sea necesario. Siempre ha liderado los esfuerzos por estabilizar el precio y asegurar el equilibrio del mercado", declaró el experto kuwaití Kamel Al-Harami.

"Tampoco espero que los otros países de la OPEP reduzcan (sus extracciones) y el escenario más probable es que esperen a su última reunión de diciembre para tomar una decisión final", añadió.

El reino saudita, que asegura un tercio de la producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), está sometido a las presiones de los 'halcones' del cártel, partidarios de un descenso de la oferta para frenar la caída del precio del barril, y de los países consumidores, liderados por Estados Unidos, que reclaman más petróleo en el mercado.

Tras una reunión maratoniana en Viena, que finalizó el pasado miércoles, la OPEP tomó la inesperada decisión de reducir la producción diaria en 520.000 barriles, lo que ha sido interpretado como una derrota de Riad.

Esta decisión no afecta a las cuotas oficiales de producción, que se elevan a 28,8 millones de barriles diarios (mbd), sino que tiene como objetivo retirar del mercado el excedente de la producción.

La mayor parte de los países sobrepasan sus cuotas y, por lo tanto, deberían reducir todos su producción para aplicar la decisión del cártel, explicó Harami.

Antes de la reunión, el influyente ministro saudita del Petróleo, Ali al Naimi, juzgó que el mercado estaba "bastante bien equilibrado", dando a entender que no se modificaría el nivel de producción de la OPEP.

Sin embargo, Irán y Venezuela, tradicionales líderes de los 'duros' en el seno de la organización, hicieron campaña a favor de una reducción, recibiendo el apoyo de Argelia y Libia.

"Efectivamente, el reino ha sido presionado (...), pero la reducción de 520.000 bd no tendrá un gran efecto sobre el precio, puesto que el excedente (de crudo) en el mercado alcanza unos dos mbd", estimó el economista saudita Ali Al Dakkak.

Estados Unidos criticó rápidamente la decisión tomada en Viena. "Querríamos ver más petróleo en el mercado, no menos", declaró la portavoz de la presidencia estadounidense, Dana Perino.

"La política petrolera saudita tiene por objetivo desde hace tiempo el alcanzar el equilibrio entre las dos partes, tomando en consideración la situación del mercado y de los precios", añadió Dakkak.

"Cuando hay escasez de aprovisionamiento, Riad aumenta la producción y viceversa", argumentó.

Por ejemplo, Arabia Saudita aumentó su producción en 500.000 bd en mayo y junio, cuando los precios se dispararon. En agosto, produjo 9,45 mbd, por encima de su cuota de 8,94 mbd, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

La cotización del cruzo alcanzó un récord de 147 dólares por barril en julio, pero después ha bajado un 30%, cayendo el pasado martes por debajo de la simbólica barrera de los 100 dólares, coincidiendo con la reunión en Viena.

Para Dakkak, la decisión de Riad de aceptar esta reducción permitió mantener la unidad de la OPEP, porque "Arabia Saudita no quiere iniciar una guerra de precios con ciertos miembros" del cártel.

La OPEP está obsesionada con el riesgo de una caída brutal de la cotización, como sucedió a finales de los años 90, cuando el precio del barril pasó de los 20 dólares a los ocho.

"Existe un temor real a que el precio del petróleo se hunda, puesto que la oferta es superior a la demanda. Aunque Arabia Saudita puede soportar una fuerte caída de los precios, busca un precio 'objetivo' entre los 90 y los 95 dólares por barril", concluyó.

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