martes, 30 de septiembre de 2008

Bélgica habla de "huracán" financiero y sigue "de cerca" a otros bancos

BRUSELAS.- Bélgica indicó este martes que sigue "de cerca" la situación de los bancos ING y KBC, muy implantados en el país, tras el rescate de dos establecimientos, Fortis y Dexia, en el marco de una situación calificada por su gobierno de "huracán" financiero.

"Una avalancha, un verdadero huracán alcanzó Bélgica", dijo el primer ministro belga, Yves Leterme, en una audiencia ante la Comisión de Asuntos Financieros y Presupuestarios de la Cámara de Diputados en Bruselas.

"Seguimos siendo muy vigilantes. A veces es una cuestión de horas para que todo el sistema bancario belga esté en peligro. No hemos salido de la zona de peligro, claro que no. Sin dudas van a pasar cosas en otros países", agregó Leterme.

Ante esos mismos diputados, el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, admitió que el gobierno sigue "de cerca" la situación de ING y KBC, un banco holandés fuertemente implantado en Bélgica y un banco asegurador belga.

Los dos establecimientos están en la mira tras las debacles del banco belgo-holandés Fortis y el grupo bancario y de seguros franco-belga Dexia, rescatados de la catástrofe financiera por Bélgica, en un caso junto con Holanda y Luxemburgo, y en el otro junto con este último y Francia.

"Seguimos las cotizaciones minuto a minuto, ING también, y miramos de cerca la situación de KBC. Es muy importante para nosotros seguir la evolución de las diferentes empresas", precisó Reynders.

Reynders reconoció que al rescatar a Dexia y Fortis, Bélgica tomó el riesgo de ver los montos inyectados en esos establecimientos "perdidos en su totalidad o en parte".

"Pero hay que comparar ese riesgo con el costo de todos los depósitos garantizados, del empleo de 25.000 personas y con las consecuencias para la economía en general" si esos bancos quiebran, subrayó.

En el caso de Fortis, primer banco belga y segundo holandés, primer empleador privado de Bélgica y que tiene unos seis millones de clientes (en Benelux), se decidió inyectar 11.200 millones de euros.

En cuanto a Dexia, especializado en los préstamos a las colectividades locales y que emplea 37.000 personas (de las cuales 10.000 están en Bélgica), la inyección fue de 6.400 millones de euros.

En medio de los cuestionamientos que provoca el rescate, Leterme indicó este martes haber contactado con la dirección de Fortis para indicarle que no apreciaría que el presidente saliente del grupo, Herman Verwilst, obtenga una indemnización millonaria.

"No me gustaría que la indemnización del señor Verwilst mencionada en la prensa sea pagada. Contacté a la dirección de Fortis para transmitirle el mensaje", declaró Leterme, después de que un diario flamenco indicase que el responsable del banco podría obtener una prima por partida anticipada de 5 millones de euros, a pesar de haber estado en su cargo apenas unos meses.

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