domingo, 28 de septiembre de 2008

Bolonia, el cambio de mentalidad

MADRID.- El sistema universitario de los próximos años tiende hacia el actual modelo anglosajón y centroeuropeo: menos clases presenciales, más trabajo individual y tutorías del profesorado. Para muchos, el principal error que ha tenido la universidad española es la rigidez, el haber mirado poco hacia fuera y demasiado hacia adentro, según "Expansión".

Por eso, en la creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) lo más costoso va a ser el cambio de cultura docente que se ha de afrontar, menos basado en la enseñanza y más en el aprendizaje.Sólo así, dicen, tendremos una univesidad europea.

Es aquí donde reside el principal atractivo del futuro escenario universitario europeo: los estudiantes serán mucho más responsables de su propio aprendizaje. Tendrán un entorno que lo favorezca, con profesores capaces de guiarles en ese proceso. Los universitarios estarán más preocupados por su propio aprendizaje que por lo que les vayan a enseñar.

La puesta en marcha del Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) supondrá la armonización de los sistemas universitarios de 46 países. En España, este curso ya se pueden estudiar -sólo en algunas universidades- los primeros grados que sustituyen a las actuales licenciaturas y diplomaturas, y este proceso ha ido fijando objetivos concretos para el desarrollo del nuevo sistema de educación superior a los que deberán adaptarse tanto las universidades públicas como las privadas.

En el caso de España, las actuales titulaciones, enmarcadas en dos niveles diferenciados (diplomatura-licenciatura, ingeniería técnica-ingeniería, arquitectura técnica-arquitectura), deberán pasar a un solo nivel (el de grado).

Estas titulaciones tendrán una carga lectiva que se situará en los 180 créditos europeos, o bien en los 240 es decir, en tres o cuatro cursos lectivos. Se van a establecer, además, dos tipos de títulos de posgrado: el de máster, que dejará de ser un estudio propio de cada universidad y será un título oficial que tendrá una carga lectiva de entre 60 y120 créditos europeos (uno o dos cursos académicos). El título de Doctor seguirá siendo el máximo grado académico y se obtendrá tras realizar una Tesis Doctoral.

Una de las principales objeciones de muchos colectivos (especialmente el de ingenieros) es que el actual título no puede convertirse en un grado de tres o cuatro años. Pero los defensores de este sistema aseguran que el objetivo es que el título de grado -de cualquier disciplina- sea relevante en sí mismo a la hora de conseguir un empleo. Si no, no tendría sentido.

La solución final ha sido un cambio en el proceso de creación de títulos. Si antes era el Ministerio de Educación el que autorizaba las carreras, ahora son las universidades -bajo una directrices legislativas recogidas en el Decreto de ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales 1393/2007- las que desarrollan sus propios títulos. El propósito es fomentar la especialización de cada universidad y crear grados en el ámbito en el que tiene sus principales ventajas competitivas.

Los títulos se organizan en cinco ramas de conocimiento: Artes y Humanidades Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales y Jurídicas e Ingeniería y Arquitectura. Además, las enseñanzas concluirán con la elaboración y defensa de un trabajo de fin de grado.

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