martes, 9 de septiembre de 2008

Cientos de españoles le pelean tesoro a Odyssey

GIBRALTAR.- Un nuevo capítulo se escribe en la pugna por el millonario tesoro submarino descubierto en 2007 por la empresa estadunidense Odyssey Marine Exploration (OME), presuntamente proveniente de la fragata española La Mercedes, hundida al sur de Portugal hace dos siglos.

La prensa española asegura que el cargamento de ese navío (500 mil piezas de plata y múltiples objetos de oro, la mayor parte forjados con metal sustraído de Perú), pertenece, en gran parte, a los descendientes de unos 130 comerciantes españoles, los cuales podrían hacer valer sus derechos sobre este hallazgo.

El diario El País afirma haber encontrado a los dueños del tesoro por medio de los Archivos de Indias, en Sevilla. España mantiene un juicio ante tribunales estadunidenses para reclamar el pecio, argumentando que éste era transportado por el barco de guerra La Mercedes, hundido en 1804 cerca del estrecho de Gibraltar.

El tesoro submarino descubierto en 2007 por la empresa estadounidense Odyssey en la fragata La Mercedes, hundida al sur de Gibraltar, en 1804, pertenecía en gran parte a unos 130 comerciantes españoles, indica el diario El País.

Los miles de descendientes de estos comerciantes podrían hacer valer sus derechos sobre el tesoro, objeto de conflicto entre Odyssey y España. El diario ha encontrado a las 130 familias en los Archivos de Indias, en Sevilla.

España y Perú reclaman ante la justicia estadounidense las 500 mil piezas de plata y múltiples objetos de oro cuyo descubrimiento fue anunciado en mayo de 2007 por Odyssey, que repatrió su botín de 17 toneladas desde Gibraltar a Estados Unidos, e indicó solamente haber encontrado "en aguas internacionales" el mayor tesoro submarino descubierto, pero sin identificar la nave, aunque dijo que podría ser La Mercedes.

La empresa Odyssey se ha negado a revelar el sitio del que extrajo el botín de 17 toneladas, señalando solamente haberlo encontrado “en aguas internacionales”, inclusive llama al barco Cisne Negro.

Si en un principio estos modernos cazatesoros se molestaron cuando España reclamó el cargamento, en agosto se mostraron conformes con la petición interpuesta por Perú ante la Corte de Florida, donde se lleva el caso.

“Creemos que la presentación de Perú plantea una importante y oportuna cuestión relativa a si una antigua potencia colonial o los pueblos indígenas colonizados deben recibir los beneficios culturales y económicos del patrimonio cultural subacuático derivados de las naciones colonizadas previamente”, señaló entonces Greg Stemm, fundador de OME.

Odyssey considera que las familias tienen derecho a reclamar una parte del tesoro, pero quiere quedarse con 80 por ciento como recompensa por haberlo rescatado.

A su vez, España, que afirma que el tesoro es parte de su “patrimonio nacional” y le debe ser restituido totalmente, ha dicho que está dispuesto a “negociar” con Perú, ya que se ha confirmado que varias monedas encontradas están acuñadas en Lima.

¿Cómo que no había pecio?

Un barco que estalla en medio de la batalla no hace una cortina de humo. Al Kronan le pasó exactamente lo mismo que a La Mercedes (el buque supuestamente expoliado por Odyssey en aguas del Estrecho de Gibraltar). Y su pecio es un cementerio: está repleto de restos humanos de los marinos hundidos con él, mezclados con cañones y pertrechos del naufragio. También aparecen monedas, por supuesto, entre los destinos truncados, según "Abc".

Un pecio así puede ser excavado con cuidado y ciencia, como ocurrió en Suecia. Eso tarda unos cuantos años, a veces decenios: la cartografía, la delicada excavación... Y su fin es rescatar el conocimiento de aquellas vidas, la navegación, la batalla. Los arqueólogos lo comparten con publicaciones, exposiciones y museos.

La Mercedes, de acuerdo con las pruebas, debió ser expoliado en apenas cuatro semanas. Buscaban metales preciosos y los arrancaron. Odyssey jura que no halló restos de barco alguno. ¿Vamos a creerlo?

Dicen los arqueólogos que, tras el paso de los cazatesoros, un pecio queda como un patatal: agujeros a diestro y siniestro. Sacan las monedas y poco importa si se rompen datos históricos o se remueven huesos humanos. El vil metal es su fin, los dividendos, que obtienen en bolsa, tristemente. Sus publicaciones no existen. Sus exposiciones son circo. Y sus museos, trastiendas de la fiebre del oro. Los cazatesoros son como los ladrones de tumbas de Egipto, que destruían el sarcófago para extraer la máscara. No, no son arqueólogos.

España litiga en Tampa con Odyssey por la carga de monedas. No por los métodos empleados, ni el patrimonio destruido. Cabe esperar que venza y también que no se limite a eso. Que el Gobierno nunca más trate con ellos. Que colabore con el juzgado de La Línea para que se investigue todo lo que hicieron y cómo lo hicieron. Y que se aplique todo el peso de la ley. Parece que sonríe sólo con pensarlo la calavera de joven marino sueco de dientes perfectos.

La empresa cazatesoros Odyssey daría sólo una mínima parte a los dueños del tesoro que encontró frente a las costas del Algarve, supuestamente con el que se hundió la fragata española La Mercedes. Así lo reiteró el director ejecutivo de la compañía, Greg Stemm, a la agencia France Press.

"Creemos que el número de potenciales reclamantes no afectará en nada al derecho de Odyssey sobre ese salvamento", dijo Stemm en un correo electrónico desde Miami.

"Hemos dicho repetidas veces que damos la bienvenida a cualquier parte que tenga un legítimo reclamo a que haga la reclamación en cualquiera de nuestros hallazgos submarinos", agregó.

"Basados en casos similares, todas las partes que tengan un derecho legítimo deberán dividir una porción entre ellas", mencionó Stemm.

Y dijo que "si por ejemplo quien halló el tesoro tiene derecho al 90%, todos los reclamantes juntos se dividirán el 10%", según el mayor o menor derecho que cada uno tenga.

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