domingo, 28 de septiembre de 2008

Cuba toma medidas contra escasez y especulación

LA HABANA.- El gobierno de Raúl Castro emprendió medidas para frenar el robo y la especulación con los alimentos, y encarar la escasez que se avecina tras la devastación que dejaron los huracanes Ike y Gustav.

"No está previsto el incremento de precios de ningún bien de primera necesidad, normado, de venta liberada u ofertado en las tiendas recaudadoras de divisas", señaló una nota publicada en el diario oficial Granma.

El anuncio oficial precisó que a partir de mañana lunes se mantendrán en los mercados agropecuarios estatales -muy subsidiados pero donde la variedad de la oferta es limitada- los precios acordados por las autoridades de las provincias y que tienen un tope.

Para los mercados agrícolas que operan bajo la ley de la oferta y la demanda, más abastecidos, con precios más altos y donde los campesinos venden sus excedentes productivos -tras entregar una cuota al Estado- se "establecerán provisionalmente como precios máximos los existentes antes de los huracanes para un grupo de productos básicos", indicó.

Los cubanos acuden regularmente a ambos mercados para completar una canasta básica que, aunque a precios muy subsidiados, resulta insuficiente, y tras el impacto de los ciclones, el precio de algunos productos agrícolas comenzó a dispararse, provocando malestar y fuertes quejas de la población.

La nota oficial también dejó claro que "están garantizadas las importaciones planificadas de cereales, granos y otros productos, pero que "se contratan con celeridad" otras compras "ante la reducción temporal en la oferta de viandas y frutas que existirá en los próximos meses".

Cuba importa el 80% de los alimentos que consume y este año destinará 2.500 millones de dólares a esa compras, 1.100 millones más que en 2007, pero tras el impacto de Ike y Gustav, que dejaron pérdidas por 5.000 millones de dólares, se prevé que las necesidades serán mucho mayores.

Los ciclones dañaron un 30% de los cultivos, 111.000 hectáreas sembradas, en buena parte de plátanos y tubérculos, básicos en la dieta de los cubanos.

"Nos quedan seis meses duros", vaticinó el viceministro de Agricultura, Alcides López, al anunciar un plan de emergencia para el sector, que incluye el impulso a los cultivos de ciclo corto.

Las autoridades también iniciaron un combate a la especulación en el precio de los alimentos y el robo de recursos del Estado, desatados sobre todo en las zonas más afectadas.

El fiscal general de Cuba, Juan Escalona, aseguró el pasado viernes que se castigarán "con mano dura" esas ilegalidades, con las condenas mayores establecidas en el Código Penal para esos delitos, que incluyen años de cárcel, trabajo correccional y la confiscación.

"Así se ha hecho en los primeros casos probados de acaparamiento, robo o venta ilícita de alimentos y materiales de construcción; sustracciones de combustible, cables eléctricos y telefónicos (...) y otros delitos de similar carácter, cuyos autores han sido condenados según la gravedad de los hechos cometidos", señaló la nota oficial.

La ofensiva, acompañada de una fuerte campaña mediática, incluye el reforzamiento de los controles en mercados, empresas y entidades sobre todo del sector alimentario, según la fiscalía.

El robo de productos en almacenes y entidades estatales, combustible, materiales de construcción y equipo, nutre un gigantesco mercado negro, que se incrementó a partir de la crisis económica de los años 90 y al cual recurren a diario los cubanos porque los precios en las tiendas son elevados para el salario medio (de unos 17 dólares).

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