La preocupación es claramente mayor ahora que a principios de año cuando era el 55 % de los preguntados quienes se mostraban más pesimistas, según el director de estudios políticos del instituto responsable de la encuesta, Bruno Jeanbart.
Ello puede deberse a que ahora se percibe mejor el impacto de la desaceleración mundial en la economía francesa, que no crecerá este año más allá del 1 %, según las últimas previsiones gubernamentales.
Además, frente al seísmo financiero que viene de Estados Unidos, son cada vez menos los ciudadanos que confian en que el Gobieno pueda protegerles: sólo el 14% dice que el Ejecutivo galo está en condiciones de proteger a Francia de la crisis, cuando este porcentaje era del 30% a principios de año.
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