La quiebra de Lehman Brothers y el rescate multimillonario de la Reserva Federal estadounidense en AIG abrieron definitivamente a los inversores las puertas de salida del sistema financiero.Hay pánico y mucho nerviosismo, y eso se traduce en la espiral de subidas y bajadas récord en la que se han visto inmersas las Bolsas.
Las caídas del mercado, y en particular de los valores financieros, están justificadas en tanto que las entidades de mayor renombre han sucumbido a la fuerza de la crisis hipotecaria. No es sólo un problema de Estados Unidos, donde además de Lehman y AIG, Morgan Stanley estudia la fusión con otra entidad. También ocurre algo parecido en Reino Unido con el rescate que Lloyds ha llevado a cabo en HBOS, el mayor banco hipotecario del país.
El miedo a una reacción en cadena que termine con más quiebras en el mercado financiero ha vuelto a restringir la liquidez y obligado a los bancos centrales a actuar con extrema rapidez y contundencia.
Las masivas inyecciones de dinero -sólo entre la Fed y el BCE han prestado más de 300.000 millones de euros en los últimos cinco días- han tenido un efecto limitado, aunque han ayudado en determinados momentos a contener la caídas de la banca. Otra cosa han sido las medidas de corte intervencionista del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. «Su actuación en el mercado ha sido tan eficaz como artificial», sostienen desde Inversis. La efectividad vino avalada por la impresionante subida del viernes, del 8,7% en el Ibex, alcanzando así el mayor repunte en toda su historia.
Sin embargo, que en una semana donde todo los analistas coinciden en que el sistema financiero atraviesa una crisis sin precedentes, que todavía presenciaremos más cataclismos en la banca y que en el mercado no hay sitio para tantos jugadores, no es lógico que las Bolsas suban con tanto entusiasmo. Igual que tampoco es lógico que estas subidas estén alentadas precisamente por los valores financieros.
La respuesta de ese histórico repunte está en la extraordinaria medida que prepara el Gobierno de EEUU y que supondrá la creación de un fondo de cientos de miles de millones para absorber toda la materia tóxica (deuda hipotecaria) que guarda la banca bajo sus balances. «De este modo, la confianza volvería a los mercados y se reactivaría la circulación de liquidez». Así defiende esta actuación la directora de Análisis de Self Trade Bank, Alicia Jiménez.
También la decisión de la SEC, el regulador bursátil estadounidense, de prohibir la operativa a corto -aquella que se beneficia de la caída de un valor- tuvo su efecto positivo en las Bolsas.Es más, fue esa actuación la más definitiva para que marcaran sus máximos históricos, ya que obligó a cerrar todas las posiciones de venta.
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