martes, 30 de septiembre de 2008

El líder 'tory' ofrece a Brown unidad ante la crisis para evitar reeditar en el país "lo que pasa en EEUU"

LONDRES.- El líder de la oposición en Reino Unido, el conservador David Cameron, ofreció hoy al primer ministro, Gordon Brown, la unidad de las fuerzas políticas para encontrar una solución a la crisis económica que permita recuperar la estabilidad e impedir que "lo que ocurre en Estados Unidos --con la ruptura del consenso entre partidos-- pase aquí".

En una intervención de urgencia en el congreso 'tory', en el que su discurso estaba previsto para mañana, Cameron consideró necesario dirigir un "mensaje" ante el nivel alcanzado por las "turbulencias" de los mercados financieros y aseguró al Gobierno: "Estamos todos juntos en esto y juntos encontraremos la manera de salir".

Por ello, a la espera de que en 24 horas dé a conocer las recetas económicas que maneja para aliviar el impacto de la crisis, el dirigente conservador advirtió de que el actual es el "momento en que las democracias son probadas" y deben "demostrar que pueden soportar" reveses como los experimentados tras la jornada trágica de ayer, en la que se produjeron caídas de los valores inéditas en la historia moderna.

En este punto, después de que el Congreso de Estados Unidos rechazara el plan de rescate propuesto por el presidente, George W. Bush, Cameron apostó por garantizar la colaboración entre las fuerzas políticas que componen el arco parlamentario en Reino Unido y se comprometió a relajar las objeciones de su partido en las normativas pendientes de aprobación en el ámbito financiero, con el propósito de agilizar el establecimiento de un nuevo marco legislativo.

Así, anunció su disposición a renunciar temporalmente a las demandas presentadas a la ley que permitirá al Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) rescatar bancos en crisis, en la que la disputa se centra entre el organismo del que debe partir la decisión, el BoE para los conservadores y la Autoridad de Servicios Financieros (FSA) por la que apuesta el Gobierno.

"Necesitamos poner de lado nuestas diferencias partidarias", sentenció.

Por ello, Cameron se mostró abierto a abandonar sus exigencias a fin de que el texto sea presentado ya el próximo lunes con el reinicio de curso en Westminster y "pase rápido" los trámites necesarios para su puesta en vigor.

De igual modo, prometió receptividad para las perspectivas legislativas que permitirán aumentar la protección de las cuentas bancarias de los usuarios, para permitir que "todo el mundo pueda tener la confianza en que su dinero está a salvo".

En este sentido, después de que el propio Gordon Brown se pusiese ayer en contacto telefónico tanto con él como con el líder liberal demócrata, Nick Clegg, David Cameron avanzó que hoy llamará de nuevo al primer ministro para trasladarle su disposición para salvaguardar por ley "lo antes posible" los ahorros de los británicos, así como la pérdida de activos de las entidades.

"La gente necesita liderazgo político", aseveró, en una prueba de que el que el dirigente opositor es consciente de los efectos que la crisis económica puede tener para sus perspectivas electorales ante la posibilidad de que los ciudadanos apuesten por la continuidad.

No en vano, un sondeo reciente demostró que los británicos confían más en Gordon Brown que en los conservadores para gestionar las finanzas y la distancia de 20 puntos que disfrutaba hasta ahora en las encuestas se ha recortado la mitad.

En este sentido, Cameron optó por ponerse de lado del Gobierno y, tras subrayar que sus propuestas "no son un cheque en blanco", advirtió de que la prioridad actual pasa por devolver la "estabilidad" al sistema financiero y tomar "decisiones críticas" a partir de las que "aprender lecciones".

"Tenemos que comprender cómo ocurrió esto", añadió, si bien "el mensaje de hoy es el de que no se puede dejar que la disputa política que pasó en América pase en este país".

Así, recordó que "la gente quiere saber qué pasa, qué va a pasar y cómo se va a salir de esto" y, aunque entendió que "es fácil ver por qué está tan enfadada con los bancos", añadió que "hoy lo que hay que hacer es lo posible para estabilizar" su posición, puesto que "todo, los ahorros, las pensiones, las hipotecas, dependen de ello".

En consecuencia, priorizó la "protección y la seguridad" por encima de elementos secundarios y mantuvo su apuesta por la unidad: "No jugamos a la política con esto, siempre haremos lo mismo", si bien añadió que este posicionamiento no significa "perdonar la irresponsabilidad o fingir que no ha pasado nada".

Al respecto, confirmó que "los bancos deberán pagar por sus errores" y, tras apostillar que su partido "cree en la libertad de empresa, no en la libertad para todo", propuso aprovechar la crisis para "arreglar el sistema, no para acabar con él".

"Lo conocemos y necesitamos arreglarlo, sabemos sus fortalezas pero también sus debilidades", asumió, para reiterar a continuación que "hoy es día para protegerlo" para, así, asegurar el dinero de los contribuyentes y el "futuro de uno de los sistemas más importantes" con los que cuenta el país.

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