lunes, 22 de septiembre de 2008

El planeta financiero, pendiente del gobierno y del Congreso de EEUU

WASHINGTON.- Los bancos y mercados financieros del mundo estaban el lunes pendientes de Washington, donde la administración Bush y el Congreso intentan en los próximos días acordar un plan de 700.000 millones de dólares para salvar el sistema financiero de Estados Unidos.

El Grupo de los siete países más industrializados (G7) apoyó el lunes las medidas tomadas por Estados Unidos para frenar la crisis financiera, al anunciar sus miembros que están dispuestos a adoptar "todas las medidas necesarias" para estabilizar el sistema financiero mundial.

Entretanto, el Congreso estadounidense inició el lunes una larga semana de negociaciones para adoptar este plan. Por el momento, todo el mundo está de acuerdo en que es necesario "actuar rápido", y se espera lograr un consenso de aquí al viernes.

"Las conversaciones son positivas", dijo un portavoz del Tesoro.

El presidente George W. Bush advirtió el mismo lunes a los congresistas estadounidenses que se muestran reacios al plan de rescate que "no actuar tendrá enormes consecuencias" para la economía norteamericana.

"Los estadounidenses observan si los demócratas y republicanos, el Congreso y la Casa Blanca, pueden llegar a un consenso para solucionar este problema con la urgencia que requiere", indicó Bush en un comunicado.

El anuncio del plan, cuyos detalles deben ser todavía precisados, provocó el viernes una disparada histórica de las bolsas mundiales. Pero el lunes, la euforia dejó paso al recelo: Wall Street operaba a media jornada en baja, mientras que casi todas las bolsas europeas cerraron en retroceso, especialmente Londres (-1,41%), Paris (-2,34%) y Francfort (-1,32%).

Mientras, en plena campaña electoral estadounidense, republicanos y demócratas mantienen visiones diversas sobre este gigantesco plan de salvamento del Secretario de Tesoro, Henry Paulson.

Los demócratas querrían que el plan no se limite al sector bancario sino que incluya también a las familias que han sido víctima de la crisis del crédito a riesgo (subprime). También querrían incluir medidas de reactivación económica que habían propuesto a Bush y que éste rechazó.

Los republicanos prefieren un plan concentrado en el sector financiero. "Debemos hacer algo limpio y simple" declaró John Boehner, líder de la minoría republicana de la Cámara de Representantes.

El plan de salvamento consistirá en desbloquear fondos públicos para comprar los activos dudosos o "tóxicos" que afectan el balance de los bancos y siembran dudas sobre la solidez del sistema financiero.

Gran parte de esos papeles están adosados a préstamos hipotecarios acordados a familias poco o nada solventes, los llamados "subprime".

La amplitud del plan podría agravar seriamente las finanzas del Estado federal estadounidense. Paulson es reservado sobre el costo total del plan: "Si bien el límite es 700.000 millones de dólares, ello no quiere decir que se llegará a esa cifra, ni que pararemos en ella y que no solicitaremos más (en caso de ser necesario)", dijo el domingo, subrayando que esos activos dudosos serán luego revendidos.

Paulson, de 62 años, ex presidente de Goldman Sachs, demuestra así un pragmatismo muy alejado de la ideología republicana, al pilotar estos espectaculares esfuerzos del gobierno para salvar al sistema financiero.

Este hombre de aspecto atlético, apasionado por los largos paseos y por la cultura china, no eludió el carácter paradójico de la situación, ya que siempre fue un adversario declarado del Estado-accionista.

"Detesto haber hecho esto", admitió. "Filosóficamente, jamás pensé que la intervención (del gobierno) era buena. Todo lo que puedo decir es que ahora es necesario", explicó.

Paulson llamó a otros gobiernos a tomar medidas similares. Los europeos saludaron ciertamente la iniciativa estadounidense para salvar a sus bancos, pero no se plantearon de momento adoptarla.

"El anuncio de la iniciativa es muy positiva, pero debemos ver los detalles", reaccionó prudentemente el Comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquin Almunia.

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