viernes, 26 de septiembre de 2008

Ecuador tendrá efectos mixtos por la crisis en EEUU, según Correa

QUITO.- Los efectos de la crisis de Estados Unidos sobre Latinoamérica dependerán del grado de dependencia que cada país tiene con la nación norteamericana y en el caso de Ecuador serán "contrapuestos", dijo el viernes el presidente Rafael Correa.

El mandatario ecuatoriano, doctorado en economista en universidades estadounidenses y europeas, señaló que "no necesariamente una crisis en Estados Unidos perjudica a América Latina, depende de cómo Estados Unidos enfrente esa crisis y de qué naturaleza es ésta".

Los países más golpeados serán aquellos que "le apostaron todo a Estados Unidos, los que firmaron un tratado de libre comercio con Estados Unidos, como México, ese país sí va a ser tremendamente afectado", declaró en una entrevista con la televisora Telerama.

Añadió que otros países que "guardamos cierta independencia, hay efectos contrapuestos", pero no hizo más precisiones.

El ministro coordinador de la Política Económica, Pedro Páez, dijo a la radio EcuadorInmediato que el problema estadounidense es "muy grave, muy difícil, cuya intensidad no se alcanza a vislumbrar todavía, pero ya veníamos trabajando sobre ese tema, porque se veía que no era una crisis pasajera".

Sostuvo que se ve "una crisis estructural del sistema que no va a contentarse con cobrar algunas cabezas de los sectores más insensatos o irresponsables ... va a requerir cambios profundos en el norte y en el sur (del continente)".

Añadió que la situación de Estados Unidos "ya no es solo un problema de liquidez, sino de solvencia".

Sin problemas con Brasil

El presidente Correa aclaró también que la controversia que mantiene Ecuador con la empresa brasileña Odebrecht no es un problema con el gobierno de Brasil sino con una empresa privada y así se lo expresó al presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

El mandatario ecuatoriano reiteró sus críticas a la constructora brasileña y sugirió que en los contratos que mantenía con Ecuador "más irregularidades encontrábamos ... mientras más escarbamos".

En una entrevista con radio Caravana, el mandatario afirmó que "este es un problema entre el estado ecuatoriano y la empresa privada y no un problema entre el estado ecuatoriano y el estado brasileño".

Dijo que a su par brasileño le manifestó: "esto es terrible, esto es indefendible. Nosotros vamos a conversar con la empresa pero debe hacerse cargo del lucro cesante", fijado inicialmente en 43 millones de dólares.

Manifestó que la acción tomada con Odebrecht "ahuyenta la inversión deshonesta y atrae a los inversionistas honestos, saben que con el país no se puede jugar".

Añadió que en los diálogos que se mantuvieron con representantes de esa empresa brasileña, el pasado fin de semana, se buscaba un acuerdo pero "se echaron para atrás".

El presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, que habló la noche del miércoles en Nueva York, aseveró que "si hay una divergencia, el que erró paga lo que erró y la relación (binacional) continúa".

El vicepresidente José Alencar comentó en Brasilia que "no dudo que eso (del conflicto) será superado".

"Brasil siempre actúa en pleno respeto de los otros países y debe exigir respeto, justamente por ser un país respetuoso de los otros", agregó.

Correa ordenó embargar sus bienes de Odebrecht en este país por responsabilizarla de fallas en una hidroeléctrica que construyó.

El presidente del Fondo de Solidaridad, entidad estatal a cargo de usina en cuestión, Jorge Glas, dijo que "tenga la certeza de que lucharemos por la justicia y los derechos del país fuera de las fronteras si es necesario", destacó en una entrevista publicada el jueves por el diario Expreso.

Odebrecht explicó en un comunicado emitido la víspera en Brasil que propuso depositar una garantía de 43 millones de dólares, asumir la reparación de la planta generadora y contratar un auditor independiente que examinara la causa de las fallas en la hidroeléctrica, porque la rechazaron dos socios europeos cuyo aval era indispensable.

Correa también amenazó con dejar de amortizar un préstamo de 200 millones de dólares que un banco brasileño otorgó para financiar la construcción de la usina, que debía aportar el 12% de la electricidad del país y costó 338 millones de dólares.

La constructora brasileña construía otras tres hidroeléctricas y un aeropuerto en la ciudad de Tena, por un monto en suma de 500 millones de dólares, cuya continuidad está en duda tras la decisión del gobierno ecuatoriano.

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