domingo, 21 de septiembre de 2008

El tipo de la banca española / Miguel A. Belloso

¿Podrá la banca española salvar el pellejo? Desde luego, la crisis financiera internacional le está pasando una creciente factura.El hundimiento del sector de la construcción, el incremento del paro y el deterioro general de las condiciones económicas del país están elevando dramáticamente los índices de morosidad, sobre todo en los créditos concedidos en las añadas más recientes.

Por otra parte, la falta de liquidez tiene un efecto si cabe peor. La dificultad para refinanciar los vencimientos está obligando a bancos y cajas a pagar un doloroso diferencial de tipos de interés, muy superiores a la rentabilidad de su cartera de créditos.

Esta diferencia supone directamente incurrir en pérdidas, que se verán reflejadas pronto en la cuenta de resultados. La consecuencia es que numerosas entidades lo están pasando mal, que la situación sólo puede agravarse, y que tal coyuntura debería representar una oportunidad para promover un ajuste en el sector financiero, demasiado atomizado, si por ejemplo miramos a las cajas de ahorros.

Cuando el Gobierno dice -y muchos ciudadanos le creen- que la crisis es importada, que tiene un origen exógeno, miente. Los bancos y las cajas tienen alguna responsabilidad en lo que nos ha ocurrido, pues son dichas instituciones las que han alimentado a las promotoras y financiado la masiva construcción de pisos.

Ahora están pagando las consecuencias. No era sostenible construir en España más viviendas que en Francia e Inglaterra al mismo tiempo, ni tampoco era sostenible conceder hipotecas por importes desorbitados, bajo tasaciones esotéricas y a tipos de interés mínimos. Todos estos hechos han sucedido a plena luz del día, en la más absoluta impunidad, delante de la puerta del Banco de España, cuyo papel como regulador ha rayado en un abstencionismo cómplice.

Por eso el ajuste en el sector financiero español es inevitable. Para pagar los excesos del pasado, para salir fortalecidos cara al futuro.

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