En este sentido, indican que el comportamiento de las principales figuras tributarias ha sido dispar en el periodo analizado. Por una parte, el IRPF sólo ha experimentado una reducción del 0,5%, pese a la reducción en 200 euros de las retenciones de junio (ingresadas en julio), que supone el 50% de la promesa electoral de los 400 euros y que en las arcas públicas ha tenido un impacto cercano a los 3.000 millones de Euros.
En cambio, los ingresos por IVA registraron entre enero y julio una reducción en términos netos del 7,7%, mientras que el Impuesto de Sociedades experimentó una caída del 17,8%, lo que indica que el descenso en este último impuesto se está acelerando.
Para los inspectores de Hacienda, el comportamiento que refleja el IVA y el Impuesto de Sociedades es "muy preocupante" y consideran que la caída de recaudación de este último tributo no se justifica únicamente, como ha manifestado el Ministerio de Economía y Hacienda y algunos analistas, por la reducción del tipo impositivo y por la debilidad de los resultados empresariales.
Así, explica que la reducción del tipo impositivo en 2,5 puntos, acompañada por la reducción de las deducciones en cuota, supone una reducción no superior al 6% ó el 7% de la recaudación, al tiempo que los beneficios empresariales registrados en 2007 --que son objeto de declaración en julio de 2008-- fueron, según la central de Balances del Banco de España, un 14,9% superiores a los de 2006.
De esta forma, los inspectores consideran que la recaudación esperada del Impuesto de Sociedades debería ser como mínimo similar a la de 2007 y, sin embargo, ha experimentado una caída del 17,8%.
Respecto del IVA, la conclusión a la que llegan los inspectores es similar, dado que con una inflación del 5%, el consumo en términos nominales no ha descendido, por lo que tampoco se comprende una reducción del 7,7% de la recaudación en este impuesto.
Por todo ello, aseguran que la única explicación que justifica la caída tan grande de la recaudación de ambos impuestos es el aumento del fraude fiscal. Además, recuerdan que esta conclusión está en línea con los resultados de la investigación del Instituto de Estudios Fiscales en su informe 'Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2007', donde se pone de manifiesto que el 51% de los ciudadanos piensan que el fraude ha aumentado y el 49% de los ciudadanos justifican, de una manera u otra, el fraude fiscal existente en España.
Ante esta situación, los inspectores de Hacienda aseguran que se hace más necesario cambios en las medidas organizativas, normativas y en el sistema de control que, si bien en época de bonanza económica pueden parecer adecuados, "de ninguna manera lo son" en época de crisis económica, como la que se vive en estos momentos.
En consecuencia, piden llevar a cabo una profunda reforma en la lucha contra el fraude fiscal para evitar un escenario de déficit presupuestario y que el principal tributo estatal, el IRPF, cuyos parámetros de control han permitido que su recaudación no sea lo primero que Estado deja de ingresar en época de crisis económica, experimente un importante incremento.
Finalmente, los inspectores de Hacienda piden a las autoridades económicas y tributarias que pongan en marcha de "manera urgente" medidas organizativas y legales que adecuen una verdadera y eficaz lucha contra el fraude fiscal a las difíciles circunstancias económicas que se viven actualmente, ya que, de lo contrario, todo el peso de la crisis recaerá "exclusivamente" en las rentas más y mejor controladas, esto es, las de los asalariados.
Entre las principales medidas propuestas de forma reiterada por la Organización de Inspectores de Hacienda destaca, entre otras, un incremento sustancial de medios materiales y humanos de la Agencia Tributaria; la aprobación del Estatuto Orgánico de esta entidad, la reforma del delito fiscal y la creación de una Policía Fiscal.
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