miércoles, 3 de septiembre de 2008

Japón, sacudido por una crisis política en un contexto económico difícil

TOKIO.- Al anunciar súbitamente el lunes su renuncia, el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, sumó una crisis política a las amenazas económicas que acechan el país, una situación peligrosa que los medios empresariales esperan sea de corta duración.

"Me sentí muy sorprendido por la renuncia súbita de Fukuda", aseguró el lunes por la noche Fujio Mitarai, número uno del grupo de electrónica Canon, hablando en tanto que presidente de Nippon Keidanren, la mayor organización patronal de Japón.

Es "un poco irresponsable" de parte de Fukuda abandonar de esta manera su puesto, agregó ante la prensa un responsable de esta federación, sin embargo cercana al omnipotente Partido Liberal Demócrata (PLD, derecha), en el poder desde 1955 de manera casi ininterrumpida.

"Irresponsable": el adjetivo también es mencionado por la prensa, y los lectores tienen una vaga impresión de 'déjà-vu': hace apenas un año, el predecesor de Fukuda, Shinzo Abe, designado primer ministro a los 52 años, fue vilipendiado de la misma manera por haber tirado la toalla sin anuncio previo.

Los empresarios expresaron entonces su cólera, apurados por ver en funcionamiento las reformas económicas y estructurales esperadas sobre el sistema impositivo, de jubilación, de cobertura social y de la administración. En un año, la coyuntura económica ha empeorado y las reformas se han tornado incluso más urgentes.

"Deseo que se instale un poder para llevar a cabo las refomas necesarias a fin de combatir los numerosos problemas pendientes", insistió Mitarai.

Afectado por la crisis de los créditos inmobiliarios de riesgo en Estados Unidos ('subprime'), Japón vio subir el valor de su divisa, el yen, frente al dólar, lo cual penalizó las exportaciones. Además, la demanda de Occidente cayó a raíz de la desaceleración económica mundial.

Como todos los países, el archipiélago sufre también la disparada de la inflación a raíz del alza del precio del petróleo, los alimentos de base y las materias primas, ya que carece de recursos naturales y depende casi totalmente de las exportaciones para su abastecimiento.

Los precios de las mercaderías suben, pero no los salarios de los japoneses. Y los márgenes de ganancia de las empresas, sobre todo las más pequeñas, disminuyen. Las exportaciones y el consumo, dos de los tres principales motores de la economía junto a las inversiones de las empresas, se han desacelerado.

Japón registró un decrecimiento de 0,6% en el segundo trimestre en relación al trimestre anterior. Si esta situación se prolonga tres meses más, el país entraría en recesión por primera vez desde 2002.

Frente a esta amenaza, el gabinete de Fukuda acababa de anunciar un plan de medidas de emergencia para estimular la economía. Ahora corresponderá a su sucesor llevarlo a cabo. El plan será implementado tal como estaba previsto, dijeron el martes los ministros de Finanzas y de Economía.

"No tendríamos un periodo de parálisis política, fue un solo día", declaró a los periodistas el titular del ministerio de Economía, Comercio e Industria, Toshihiro Nikai.

El próximo primer ministro emergerá de las filas del PLD, y por tanto defenderá el plan, sostuvo su colega del ministerio de Finanzas, Bunmei Ibuki.

Los medios empresariales reclaman ahora un nuevo primer ministro con autoridad, no un hombre en busca de consensos, después de que la oposición que controla el Senado hiciera todo lo posible por bloquear las decisiones de Fukuda.

"Hay montañas de problemas en Japón y en el mundo, es necesario que el país salga rápidamente de esta crisis política", advirtió el presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Tadashi Okamura.

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