martes, 16 de septiembre de 2008

La crisis financiera se agrava en Estados Unidos

NUEVA YORK.- Todo empezó como un ataque de pánico, mitigado por garantías de que el problema estaba limitado a un número relativamente pequeño de préstamos hipotecarios imprudentes. Ahora está claro que la crisis no estaba controlada de modo alguno, y que el sistema financiero nacional está peligrosamente al borde del abismo.

Bien podría ser que se recuperase. Pero a medida que los formuladores de las políticas tratan de guiar a la economía a lo largo de la cuerda floja, se hace cada vez más difícil saber si lo peor ya ha pasado, o si los problemas podrían descontrolarse todavía más e infligir serios daños.

"Toda la economía mundial depende del bienestar de la comunidad financiera porque estamos hablando de una industria que suministra crédito, que es la savia vital de los gastos de negocios y consumidores", opinó Bernard Baumohl, director de economía mundial en The Economic Outlook Group en Princeton, Nueva Jersey.

Han pasado generaciones desde que la economía estuvo tan cerca de sumirse en una depresión. ¿Podría ser que las malas apuestas de Wall Street y los esfuerzos desesperados por controlar el daño sentencien a la economía a dos años de estancamiento o algo peor?

Los formuladores de políticas y los economistas tienen una comprensión mucho mejor de cómo funciona el sistema financiero que la que tuvieron durante la Gran Depresión, donde hay coincidencia en opinar que gran parte del daño se debió a la inacción.

Las lecciones del pasado en gran medida protegen la economía de los peligros del presente. Pero no los eliminan.

"Este es el mayor riesgo que hemos tenido en mucho, mucho tiempo", dijo Joel Naroff, de Naroff Economic Advisors en Holland, Pensilvania.

Ya ocurrió que una de las firmas de inversiones más prominentes de Wall Street, Bear Stearns, se ha precipitado al abismo. Otra, Lehman Brothers, cayó en la bancarrota el lunes temprano. Una tercera, Merrill Lynch, accedió a ser vendida para evitar el mismo desenlace.

El gobierno de George W. Bush, que ha prometido dejar que el libre mercado haga escarmentar a los imprudentes, cambió de parecer en lo que respecta a las dos mayores empresas de financiación hipotecaria de la nación e intervino para tomar control de ambas.

Mientras tanto, se ciernen espesos nubarrones sobre algunas de las compañías financieras más conocidas en el mundo, incluyendo la aseguradora AIG Inc. y Washington Mutual Inc.

"Decididamente estamos atravesando un momento histórico", dijo Peter Temin, historiador de la economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

La crisis que afecta Wall Street puede parecer alejada de lo que pasa en la vida cotidiana. Pero las conexiones son incuestionables. Muchos propietarios están viendo desplomarse los valores de sus casas, a la vez que se reduce la flexibilidad que otrora tenían para tomar prestado y comprar a crédito.

Las comparaciones con crisis pasadas no son fáciles. La economía ha demostrado una notable resistencia pese a una crisis que es en gran medida abstracta, generalizada e imprevisible. Propina castigos en sus propios términos y fuerza a los formuladores de políticas y a los consumidores a inventar respuestas al vuelo.

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