jueves, 11 de septiembre de 2008

La Eurocámara quiere limitar desarrollo de biocombustibles a base de cereales

BRUSELAS.- En medio de la polémica sobre la viabilidad de los biocombustibles, los eurodiputados buscan limitar su desarrollo sin modificar, sin embargo, el objetivo global de la Unión Europea (UE) de tener un 10% de energías renovables en el carburante consumido en el bloque en 2020.

La comisión de Industria y Energía de la Eurocámara votó este jueves un proyecto de ley que incluye ese objetivo del 10% de renovables en los transportes, pero considera que por lo menos el 40% de esas energías utilizadas deberán provenir de la electricidad o del hidrógeno y de biocombustibles de "segunda generación", menos contaminantes.

Entre esos biocombustibles, los eurodiputados citan en forma específica a aquellos producidos a parte de desechos, biomasa y algas, así como a los obtenidos a partir de cereales cultivados en tierras agrícolas muy degradadas.

En cuanto a los biocombustibles disponibles hoy en día, por ejemplo los producidos en Europa a partir de colza, podrán continuar siendo desarrollados para alcanzar el objetivo vinculante del 10% en 2020.

"Hemos frenado esta locura de inversiones en la primera generación de biocombustibles", dijo el autor del texto parlamentario, el eurodiputado verde Claude Turmes.

Los subsidios a los biocombustibles en Estados Unidos, Canadá y la UE se elevaron a 11.000 millones de dólares anuales en 2006, y esta cifra subiría a 25.000 millones por año para 2015, sostuvo en julio pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que reúne a 30 países industrializados, en un informe.

El problema es que esta fuente de energía es objeto de una creciente polémica, ya que sus detractores aseguran que contribuye al alza de los precios de los alimentos, la deforestación y el desplazamiento de poblaciones en los países pobres.

Para sus defensores, en cambio, los biocombustibles pueden servir para cortar la dependencia del petróleo y para luchar contra el calentamiento global, al reducir las emisiones de gases con efecto invernadero generadas por los combustibles fósiles.

Estados Unidos, que lo destila a partir del maíz, es el primer productor de etanol (alcohol carburante), con un 48% del total mundial en 2007. Brasil le sigue el paso, con un 31% de la producción mundial de etanol, fabricado a partir de la caña de azúcar.

Por su lado, la Unión Europea representa un 60% de la producción mundial de biodiésel, extraído de aceites vegetales.

Según un sondeo publicado este jueves, casi dos tercios de los europeos (el 62%) colocan al cambio climático entre los principales problemas mundiales, y juzgan que ni las empresas, ni los gobiernos ni ellos mismo hacen lo suficiente para combatirlo.

Sólo los ciudadanos de República Checa, Italia y Portugal no colocan la cuestión entre los tres problemas más graves del mundo, de acuerdo con esa encuesta Eurobarómetro efectuada a principios de mayo entre 30.000 personas.

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