Según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno en Ceuta, el número de embarques supondrá un receso en comparación con el pasado año debido a que el Ramadán se celebra entre el 2 de septiembre y el 1 de octubre y los emigrantes magrebíes han retrasado su vuelta a casa.
Esta situación motivará que a principios de octubre se puedan registrar en esta línea el embarque de numerosos emigrantes que han decidido no viajar en estas jornadas para cumplir con el mes de ayuno.
Desde el 15 de julio hasta ayer han embarcado en el puerto ceutí 322.134 emigrantes magrebíes frente a los 361.671 personas del pasado año, lo que supone un 10,9 por ciento menos.
El tráfico de vehículos también ha disminuido al registrarse el embarque de 84.313 coches frente a los 88.067 del pasado año, por lo que ha caído un 4,2 por ciento.
Se han llegado a juntar entre 4.000 y 5.000 personas.
Los bloqueos han tenido lugar cuando al tránsito rutinario que tiene lugar en la aduana se le sumó el de los porteadores de mercancías que no habían podido regresar a Marruecos a través del paso del Biutz, que ya había sido cerrado.
Las avalanchas se produjeron ante las prisas de los marroquíes por regresar a su país de origen, a pesar de lo cual no se han producido heridos.
En las primeras horas de la tarde el tránsito por la zona era fluido, sobre todo teniendo en cuenta que se han superado las entradas más masivas de emigrantes magrebíes en la fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho (OPE).
Los colapsos han provocado el malestar entre los agentes policiales destinados en el paso que, con el mismo personal, tuvieron que enfrentarse a una situación extraordinaria.
Las fuentes policiales han señalado que estas retenciones y colapsos son aprovechadas por delincuentes e inmigrantes para llevar a cabo acciones delictivas, la mayoría relacionadas con el robo de mercancías.
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