domingo, 21 de septiembre de 2008

La salvación de los bancos será cara y estará plagada de riesgos morales

NUEVA YORK.- A los mercados bursátiles les encanta la idea de crear un fondo para solucionar el problema de los activos tóxicos (Toxic Relief Funds, o TRF). El anuncio el jueves de que las autoridades estadounidenses estaban buscando formas de "abordar los activos ilíquidos en los balances contables de los bancos" fue recibido con júbilo, recoge "El País".

Los mercados bursátiles mundiales subieron un 4%-8%. Las acciones de muchos grandes bancos británicos subieron un 25%-40%. Pero incluso aunque el Gobierno de Estados Unidos pueda encontrar un modo de absorber la basura del sistema financiero en su propio balance contable, quizá siga viéndose obligado a soportar los balances contables excesivamente endeudados que en un principio causaron el problema.

Los detalles sobre el plan son escasos, y no es de extrañar. La buena noticia es que políticos, reguladores, bancos centrales y líderes del sector están suficientemente asustados como para aceptar prácticamente casi todo. La mala es que será complicado, caro y estará plagado de riesgos morales.

La lista de preguntas es abrumadora. ¿Qué activos deberían considerarse tóxicos o ilíquidos? ¿Cómo deberían valorarse: de acuerdo con los precios de mercado implícitos de principios de esta semana, inmediatamente antes de que Lehman Brothers se hundiera, o algo todavía un poco más alto? Cuanto más altos se valoren los activos, mayor será el coste para el contribuyente; cuanto más se valoren de acuerdo con las condiciones actuales, menos útil será.

Está también el asunto de quién va a participar. ¿Pueden hacerlo fondos de cobertura, empresas de capital riesgo privado e inversores institucionales? ¿Y cómo va el Estado a desintoxicar su nueva cartera? ¿A quién se le confiará su dirección?

Quizá la inteligencia y la habilidad empleadas en crear todos estos instrumentos infecciosos puedan aplicarse a desembrollarlos. Pero es casi inevitable que los actores más irresponsables del mercado acaben recibiendo la mayor ayuda.

Incluso si el fondo consigue de algún modo hacer lo que supuestamente le corresponde hacer, el sistema financiero no quedará fuera de sospechas. Para eso, el bazuca que el Gobierno utilizó para destruir las dudas sobre Fannie Mae, Freddie Mac y American International Group deberá ser sustituido por un misil de crucero.

Incluso si el TRF tiene éxito, el déficit estadounidense aumentará. Pero si no, el resultado final será un déficit y una inflación dramáticamente más elevados. Dado que la inflación ya acecha y el país es un enorme deudor internacional, el resultado sería una disipación de la moneda.

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