martes, 30 de septiembre de 2008

Sorpresivamente, mejora en EE UU la confianza consumidora en septiembre

NUEVA YORK.- La confianza del consumidor estadounidense mejoró inesperadamente en septiembre, pero sigue oscilando en torno a su nivel más bajo en 16 años debido a la debilidad del mercado laboral, el encarecimiento de los alimentos y los combustibles y la peor crisis financiera en décadas.

La organización privada sin fines de lucro Conference Board dijo el martes que su Indice de la Confianza Consumidora subió el septiembre a 59,8 puntos, frente a 58,5 en agosto. Los economistas sondeados por la firma Thomson/IFR habían pronosticado un índice de 55,5 puntos.

El sondeo, basado en una muestra de 5.000 hogares estadounidenses, intenta medir la confianza del consumidor en el mercado laboral y la economía en el momento presente y dentro de seis meses. El gasto consumidor representa dos tercios de la actividad económica estadounidense.

El nivel de confianza en septiembre fue la mitad de hace un año y cerca de la más baja desde que el índice registró 54,6 puntos en octubre de 1992, cuando la economía acababa de salir de una recesión.

El plazo para las respuestas del sondeo expiró el 23 de septiembre y no incluye la espectacular baja del lunes del mercado de valores, que eliminó 1,2 billones del valor de los fondos de pensiones, fondos mutuos y portafolios bursátiles individuales.

El Indice de la Situación Presente, que mide la valoración presente que hacen los consumidores de la economía, retrocedió en septiembre a 58,8 puntos de 65 puntos. Empero, el Indice de Expectativas, que mide la confianza consumidora en los próximos seis meses, aumentó a 60,5 puntos de 54,1 en agosto.

"El aumento de septiembre en el Indice de la Confianza Consumidora fue debido solamente a la mejora en el panorama a corto plazo", comentó Lynn Franco, directora del Cebtro de Investigaciones Consumidora de la Conference Board.

"Empero, estos resultados no incluyen la totalidad de los tumultuosos acontecimientos del sector financiero y hasta que la situación se aclare un poco más, no sabremos su pleno impacto en las expectativas consumidoras".

Franco agregó que shocks como el derrumbe bursátil de 1987 "tienden generalmente a tener un efecto temporal adverso en la confianza, durando de promedio de dos a cuatro meses a no ser que ocasionen una pérdida significativa de empleos".

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