martes, 30 de septiembre de 2008

Sube la presión para que el BCE recorte sus tasas

FRANCFORT.- La amenaza de un contagio de la crisis financiera a la economía europea aumenta la presión para que el Banco Central Europeo (BCE) recorte sus tasas de interés, aunque todavía no para este jueves.

Los economistas consultados por la agencia Dow Jones Newswires apuestan por un mantenimiento de la principal tasa directriz en 4,25% el jueves tras la reunión mensual del consejo de gobernadores.

Un consenso de expertos pronostica no obstante una flexibilización de la política monetaria en el primer trimestre de 2009.

"La pregunta que se hacen hoy los inversores es la siguiente: ¿bajará las tasas el BCE a partir de 2008?", subrayó sin embargo Sunil Kapadia, del banco UBS.

El BCE podría comenzar a recortar sus tipos en diciembre, opinó Cedric Thellier, de Natixis.

Tras la polémica alza de las tasas en julio, un giro de 180 grados unos meses más tarde corre el riesgo de dañar un poco su credibilidad.

Pero tras la conmoción generada por el rechazo del plan de rescate bancario estadounidense, esta hipótesis ganaba fuerza este martes. Y muchos economistas consideran que esta hipótesis no es sólo posible, sino deseable.

Permitiría facilitar las condiciones de crédito para los hogares e industriales y aportar una bocanada de oxígeno a una economía amenazada de recesión.

Un recorte de las tasas el jueves, en plena tormenta financiera, se prestaría a considerar que la situación es más grave que lo admitido hasta ahora y sólo incrementaría el pánico.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, podría preparar el terreno al insistir menos sobre la inflación y más sobre los peligros para la coyuntura.

Además la inflación parece calmarse. Según las cifras provisionales de Eurostat, la inflación interanual se replegó al 3,6% en septiembre, tras un 3,8% un mes antes.

El BCE tiene un objetivo de inflación de poco menos del 2% a medio plazo, pero salvo que los precios del petróleo vuelvan a subir, el movimiento bajista continuaría.

La economía da señales de una rápida degradación. La confianza de los empresarios y los consumidores de la Eurozona cayó en septiembre a su menor nivel desde el otoño de 2001 y los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos.

Es "una nueva señal clara de que la proyección de crecimiento del BCE ya no es creíble y de que ha llegado la hora de un recorte de las tasas", estimó Christoph Weil, analista del Commerzbank.

La debacle bancaria estadounidense desatada por la bancarrota del gigante de la banca de inversión Lehman Brothers hace tres semanas ya ha dejado varias víctimas en Europa, entre ellos el banco belgo-holandés Fortis y el alemán Hypo Real Estate.

"Las dificultades del sector financiero tendrán un impacto sobre la economía real y en realidad pensamos que ya comenzaron", sostuvo el experto de UBS.

Como consecuencia, la respuesta del BCE a la crisis, que consiste en alimentar generosamente los bancos con liquidez, corre el riesgo de alcanzar su límite.

Además, esta medida, adoptada también por la mayoría de los grandes bancos centrales desde el estallido de la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos ('subprime') en agosto de 2007, no ha permitido restaurar la confianza.

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